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Honor para la «Princesa Helena» Poniatowska

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Honor para la «Princesa Helena» Poniatowska

elena-premioHéctor Moreno

Mérida, Yucatán , 11 de marzo de 2014.- Subversiva, excéntrica, honesta, directa, romántica, atrevida y así,  con un sinnúmero de calificativos se puede definir a todo un personaje de las letras, a Elena Poniatowska, hábil mujer con la pluma o el teclado, que está noche fue reconocida en el marco de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán, con la presea a la Excelencia de las Letras, José Emilio Pacheco.

Hablar de Elena es hablar de un todo, es hablar de conventos, de paisajes, vecindades tepiteñas, de colores, sabores y sin sabores; del centro capitalino, de sus calles, teatros, de sus personajes.

A casi 82 años de vida, ha escrito cantidad de cuartillas, entrevistas a políticos, artistas, líderes, cantantes, bailarinas noctámbulas, luchadores sociales y del encordado.  Crítica periodista que creció desde joven, muy joven en el rotativo Excelsior.

La Princesa Roja crítica de Gabriel García Márquez y del mismísimo Juan Rulfo y su Pedro Páramo, esta noche así, entre aplausos recibe el premio a La Excelencia de la Letras “José Emilio Pacheco” de manos, precisamente de Cristina Pacheco, viuda del gran maestro quien falleciera el 26 de enero del presente año.

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Esta noche Hélène Elizabeth Louise Amélie Paula Dolores Poniatowska Amor, como en realidad se llama, escuchó grandes y buenas anécdotas de su vida.

Cómo puede caber tanta historia en 663 páginas de «Palabras Cruzadas» última obra, hasta el momento escrita por Elena «para quienes la quieren» Poniatowska «para los tiranos, corruptos…» diría Agustín Monsreal.

Escritor yucateco que le dedicó varios palabras  a Elenita: Habló  sobre sus libros pletóricos de verdades, reales y críticos.

Sobre su voz chiquita para platicar pero dura y feroz cuando se tienen que decir las cosas. Quién la manda ser tan linda, tan querible, porque es así dijo el maestro querida por todos, bueno, casi todos, por su expresión de niña, palabra y obra, sin ablandamientos, inteligente, con pasión.

Admirable para darle voz a los que no la tienen, al escarbar sobre las víctimas de San Juanico, del terremoto del 85. Esa mujer de cabello dorado, con cara de yo no fui que les da tremenda patada a los corruptos., agregó el maestro.

Elena es conocida y reconocida hasta por las piedras que están debajo de las piedras.

Después el turno para Rafael Barajas, «El Fisgón», monero de gran categoría, que anoche, al fallarle el proyector, por poco se come al director de la FILEY,  Rafael Morcillo, actitud fuera de lugar ya que el trabajo del  caricaturista es tan bueno, que no requiere de ningún especie de ayuda visual.

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De pronto dijo, estoy trabajando en la creación de un cuento llamado «La Princesa Selenita» mujer muy linda y muy todo, llena de inteligencia, dones y virtudes pero lo único malo es que iba a vivir en un país «tercer mundista».

Y así continuó el cuento de hadas, hasta que apareció Malévola, mujer mala dispuesta a casi todo. Selenita le dio voz a los que no la tenían.. «Esa princesa salió más cabrona que bonita», acotó El Fisgón incluso, le dio voz a la mujer en un país de machos. Y así continuó la historia. La princesa se caso, tuvo muchos hijos y todos fueron felices.

No sin antes de que las causas fueran perdidas, se le pidió a Malévola que le quite algo de prepotencia a algunos periodistas,  locutores y conductores y que a cambio, se les de algo de inteligencia y capacidad para dignificar esta profesión.

Al darle la palabra, Elena se refirió a su amigo, el desaparecido José Emilio Pacheco, habló sobre su lucha incansable por las causas justas, de su trabajo como poeta, ensayista, traductor, novelista y cuentista. A su legado, a su amor por las letras.

A manera de broma Poniatowska preparó un recetario en  honor al poeta, y nos dijo qué hacer y qué no hacer para que el cuentista no nos confunda con taxi. «El tiempo es José Emilio Pacheco… Se sabe todos los idiomas pero sobre todo se sabe el idioma del corazón».

Después de los aplausos, El rector de la UADY, Alfredo Dájer le entregó un premio en efectivo, luego, la escritora yucateca Sara Poot pidió a la periodista Cristina Pacheco, entregara el reconocimiento que lleva el nombre de su esposa, a la escritora y periodista Elena Poniatowka.

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