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Cuesta de enero

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Cuesta de enero

El Monte de Piedad se llenó de pignorantes en la cuesta de enero, según ellos esta institución representa un respiro para su alicaída economía doméstica, con toda la pena que da la estrechez, se desprendieron de sus alhajas y valores familiares. ¡Hay que comer!.

Alhajas, artículos electrónicos y automóviles son los empeños más frecuentes durante la llamada cuesta de enero, según dijeron ayer ejecutivos de casas de empeño en la ciudad.

Casas-de-empeñoDesde finales de diciembre y tras las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, las casas de empeño se preparan para recibir un mayor número de pignorantes.

Si bien ya no se observan las largas filas que hasta hace algunos años se formaban, los primeros reportes hablan de un incremento en el número de personas que acuden a empeñar alguna prenda.

Marco Guzmán Orozco, gerente de sucursal de la Fundación Dondé, que cuenta con 12 en Yucatán —nueve en Mérida y tres en el interior del Estado—, señaló que no sólo los empeños se han incrementado, sino también los desempeños, lo que habla de la formación de una cultura responsable.

Además, dijo que las largas filas ya no se ven, en parte porque hay sucursales de las diversas casas de empeño legales en diversos puntos de la ciudad. Antes todo se concentraba en una o dos negociaciones.

A ello, señaló, se suman los “negocios” que no están debidamente registrados y que aceptan empeños, de los cuales consideró que existen en el Estado cuatro o cinco por cada negocio establecido de manera legal.

Según dijo, es una competencia injusta y que pone en riesgo el patrimonio de los pignorantes que acuden a ellas, pues no les brindan la seguridad de recuperar sus prendas o les cobran intereses muy elevados.

Guzmán Orozco comentó que en estos días de la “cuesta de enero”, la cual es más severa que la de años anteriores por el encarecimiento de muchos productos básicos, los empeños se incrementan a casi el doble de un día normal.

De 10 a 15 personas que empeñan en promedio, detalló, en esta época del año lo hacen arriba de 25, principalmente en alhajas, artículos electrónicos como lap tops, pantallas, celulares y juegos de vídeo, y autos.

Como cosa curiosa, el entrevistado señaló que a pesar de que se piensa que es una época principalmente en que la gente empeña sus cosas, también hay muchos acuden a recuperarlas. De l0 que empeñan, otros cuatro o cinco desempeñan.

Eso, expuso, habla de una conciencia y cultura del empeño formada ya entre la población, pues de 100 personas que empeñan, 80 recuperan sus prendas y 20 no lo hacen.

El ejecutivo comentó que ya no se le ve al empeño como algo vergonzoso, sino como una forma de financiamiento. En muchos casos son empresarios, comerciantes o los que necesitan efectivo para realizar algún proyecto productivo quienes acuden a empeñar y tras lograr sus objetivos se preocupan por recuperar sus prendas.

“La mentalidad ha cambiado y ahora el empeño se ve como un apoyo financiero”, dijo el gerente de sucursal de Fundación Dondé.

Sobre los meses que más acude la gente a las casas de empeño, el ejecutivo explicó que destacan los primeros dos del año, enero y febrero, así como agosto, por el inicio de las clases.

En los últimos dos años se ha incrementado el empeño de automóviles y motocicletas, de los cuales de cada 10 que se empeñan, nueve se recuperan, destacó.

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