Por Carlos M. Hornelas Pineda.

Sólo dos americanos globales se han adelantado a Hugo Chávez en sus conclusiones sobre el destino terrícola. El primero de ellos, la cubana Orquesta Aragón, advertía de manera lúdica y didáctica que “los marcianos llegaron ya y…”  para mayor asombro “llegaron bailando ricachá”.

El otro aviso mediático que tuvimos fue del locutor mexicano don Pedro Ferriz,  quien machacaba una y otra vez en la televisión “un mundo nos vigila”, al tiempo que arqueaba de un sólo lado la uniceja que poblaba la parte superior de su rostro.

No obstante, el 22 de marzo del 2011 quedará para la posteridad como el día en que el hoy llamado Hugo Chávez, aunque el grupo Molotov asegura se llamaba Ismael, ha descubierto gracias a la paleontología osmótica, que alguna vez hubo vida en Marte, que era parecida a la terrícola y que además el imperialismo acabó con ella. Menos mal que su advertencia llega en momentos en los cuales la histeria postnuclear anticipa apocalipsis atómicos trasnochados.

Sólo a partir del comportamiento de Chávez hemos reconocido cuánta razón le asistía a Ferriz y a su actual pupilo Jaime Mausán al advertir que “ellos están entre nosotros”. A partir de esta línea argumental podemos atar los cabos sueltos y aceptar que los líderes del mundo tienen la cabeza llena de pensamientos marcianos que inundan su mente.

Repasemos unos simples hechos que vistos en profundidad revelan la incontrovertible prueba de lo que sucede. El secretario Cordero, quien en su inocencia lleva el lastre de la ignorancia por la vida terrícola (dicen que los marcianos son como algunas clases de saurios: se alimentan sólo del aire), ha declarado en fechas recientes que los mexicanos pueden vivir, tener coche, casa y escuela de paga con seis mil pesos mensuales.

Lo cual es cierto si se toma en cuenta que la divisa en cuestión, sean los pesos marcianos, también llamados dracmas intergalácticos o dólares genéricos interplanetarios, calculados a través de Unidades de Inversión transplanetaria.

En segundo lugar tenemos al presidente Calderón quien hace unas semanas quería mediar en el conflicto entre los dueños de los equipos y los jugadores de la NFL; o en la confesión que hizo a los medios que “de no haber sido lo que es” (que hasta la fecha no nos queda claro) habría sido “periodista”. No sabemos entonces si es agente del gobierno marteamericano, jugador esquirol o corresponsal de un medio de comunicación en Marte.  A lo cual acota el ex-embajador Pascual ¿después de wikileaks habrá vida en Marte?

Tenemos por otra parte a los funcionarios americanos quienes en principio declararon no estar enterados de la llamada operación “Rápido y furioso”. Cuando en realidad la agencia que llevó a cabo la operación fue la del llamado sector 7, para todos mejor conocida como “Hombres de Negro” y que por la confidencialidad que guardan sus operaciones, ni siquiera el Presidente Obama o Janet Napolitano sabían de su existencia; así lo revelan fuentes cinematográficas como “Día de la Independencia” o “Transformers” o la ya referida “Hombres de Negro” por citar algunas. Los vuelos no tripulados son producto precisamente de esa cooperación intergaláctica entre el Imperio norteamericano y el marteamericano.

A pesar de todo ello, vienen a mi mente los pensamientos marcianos de Mausán: “y nadie hace nada”.