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Conquistando aguas abiertas: La pasión de Mónica Ramírez

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Conquistando aguas abiertas: La pasión de Mónica Ramírez

Por José Luis Preciado

A lo largo de 20 años surcando aguas abiertas en varias partes del mundo, Mónica Ramírez Blancarte ha abrazado la naturaleza con toda su esencia. Desde oleajes imponentes hasta corrientes desafiantes, a través de récords y travesías épicas, Mónica ha conquistado recorridos que desafían los límites, demostrando que pueden ser dominados mediante la sinergia y una mente fluida. Actualmente radica en Mérida y hace poco cruzó el Estrecho de Gibraltar, así que, en amena charla, exploramos su profunda conexión con la naturaleza.

¿Qué significa nadar en aguas abiertas?, ¿es enfrentar a la naturaleza? 

Más que enfrentar, es hacer comunión con ella. Es un momento donde siento libertad y conexión con elementos que no son míos, así que agradezco a la naturaleza por dejarme estar ya 20 años cruzando mares en todos los océanos: mares fríos, mares calientes, con oleajes de hasta dos metros de altura, con corrientes, lluvias, y más.

Oye, ¿cómo se nada en olas tan altas?

Hay que aprender a fluir con el mar. Cuando traigo corriente en contra, se trata de usar mucho la fuerza, apoyar la brazada para avanzar lo más que se pueda; y cuando traigo olas a favor es lo más delicioso del mundo porque es nada más dejarme llevar. A veces sientes que te regresa, pero luego te empuja; es como bailar.

Es curioso, hay gente que pierde el control cuando cae de una lancha, se desespera y empieza a tragar agua, pero en cambio tú hablas de fluir…

¡Claro! Es un entendimiento. Recuerdo el primer momento cuando me metí en aguas abiertas y vi las profundidades de 6 metros, ¡fue una impresión enorme! Entonces realmente hay que aprender a conectar y a decir “no pasa absolutamente nada”.

¿En el Estrecho de Gibraltar hiciste dos horas 43 minutos? 

Sí, algo que jamás esperamos, pensábamos que nos tomaría cinco o seis horas, y la verdad es que se conjuntó todo: un excelente tiempo, excelente momento, cuatro nadadores muy buenos. Las mujeres rompimos el récord y, Carlos Franco -que es de aquí de Mérida, tiene el récord mexicano y además posee el quinto mejor tiempo en el mundo. 

Nadaste de continente a continente… ¿qué tipo de aguas hay por ahí?

De Europa a África ni más ni menos. Son aguas frías de entre 19 y 21 grados, pero francamente 21 grados ya es caliente para ellos, ves a la gente nadando como si nada. Yo, en cambio, sí nadé con un traje de neopreno porque quería disfrutar del recorrido sin preocupaciones después de tantos años de soportar aguas frías.

¿Cuál ha sido el cruce más complicado?

De La Paz a Los Mochis. Fue un nado en relevos, éramos tres mexicanas, tres extranjeros, con 232 km para recorrer en dos días. Llevábamos día y medio, y una de mis compañeras, Nora Toledano -la mejor nadadora en aguas abiertas-, fue picada por una medusa fragata portuguesa, lo que hizo que se le paralizara el abdomen y el brazo; cinco horas después fue mi turno y, minutos antes de terminarlo, me picó una aguamala y sin pensarlo brinqué de golpe a la embarcación. Pensamos que el mayor obstáculo sería un tiburón o un calamar gigante, nunca imaginamos que al final resultarían ser las medusas. Sin duda ha sido el tramo más difícil en cuanto a distancia, tiempo y las condiciones en el mar.

¿Has estado en el Canal de la Mancha?

Sí, en 2004 acompañé a Paty Guerra, la cuarta mexicana en cruzarlo, y un año después formé parte del primer relevo mexicano en atravesarlo de ida y vuelta, esa vez fueron 83 km recorridos en 20 horas con 13 minutos. En realidad, son 33 km en línea recta, pero a causa de las corrientes es muy difícil llevar una trayectoria limpia, además esa federación no te permite utilizar neopreno, entonces es un trabajo mental y de mucho autocontrol.

¿Y de Playa del Carmen a Cozumel? 

Sí, en el 2009, éramos cinco nadadoras y recorrimos 35 km en 12 horas. Si me preguntas cuál ha sido el mar más complicado, sin duda es el Caribe porque es muy bravo; uno ve la orilla calmada, pero una vez que estás en aguas abiertas, se convierte en un monstruo. 

¿Qué otros retos vienen a tu vida?

Aún no sé, me estoy dando tiempo de hacer otros deportes como el tenis, el pádel, el sóftbol que toda la vida he amado, quiero combinarlos por lo menos de aquí a diciembre. Seguro que en enero ya tendré un proyecto, porque si algo me caracteriza es estar en el agua. 

Mónica Ramírez Blancarte

  • Su pasión por el agua comenzó nadando en albercas, pues siempre quiso participar en los Juegos Olímpicos.
  • Empezó a nadar en aguas abiertas en 2003, en unos Juegos Mundiales Masters (competencias para mayores de 30 años), donde participó en un recorrido de 3 km.
  • Sobre su salto de las piscinas a las aguas abiertas, Mónica reflexiona: Fue como liberarme de una pecera a pasar a un lugar donde puedo mimetizarme y sentirme libre.
  • En 2004 se adentró en el río de Las Estacas, en Morelos, donde coincidió con Nora Toledano y Paty Guerra. Fue ahí donde se adentró por completo en la actividad.
  • Su mantra es “Déjenme estar. Acompáñenme, naturaleza, flora y fauna”.

“Los sueños pueden hacerse realidad, pero no hay que perder el foco, siempre hay que tener el objetivo en la mente y así la vida les presentará las oportunidades para que suceda”

Instagram: @monicaramirezblancarte

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