El precio del cerdo en pie que vende Kekén aumentó un peso, pues pasó de 34.40 pesos el kilo a 35.40, con la advertencia que el viernes subirá un peso más.

“Nos quieren acabar, quieren acabar con nosotros y el gobierno no hace nada; no es posible que sean los únicos que venden cerdo en el mercado y controlen los precios y vendan más bajo en sus tiendas”, dijeron tablajeros. Además dijeron que el gobierno no puede intervenir porque se trata de una empresa privada.

La empresa ha recibido facilidades del gobierno para su expansión y con el paso de los años ha ido reconvirtiendo las granjas porcícolas tradicionales en modelos de aparecería o renta.

Además cuenta con 350 tiendas de venta de carne al menudeo bajo el nombre de Maxicarnes, en las que vende carne de cerdo a menor precio que las carnicerías o mercados, con lo que saca de competencia a los tablajeros.

El porcicultor Carlos Castillo, con 50 años en la actividad y que se ha negado a entrar al modelo de Kekén, ha dicho que los gobernantes quieren lo mejor para sus Estados, pero tal vez no se dan cuenta que es a costa de la depredación de la porcicultura, de los mayoristas, minoristas y carnicerías.