El caso Kanasín, -donde fueron abusados cuatro niños por un entrenador de fútbol y su ayudante-, no puede pasar desapercibido y menos sin el seguimiento profesional debido, dijo Víctor Chan, de Hogares Maná, considera que no hay una labor adecuada para cuidar a nuestros niños.

Víctor Chan Martín, director de Hogares Maná y líder de la Asociación Lazo para María, ambas encargadas de ayudar a menores víctimas de maltrato físico y sexual, denunció que los abusos que se cometieron contra menores en Kanasín es sólo la punta del iceberg del problema.

En Yucatán, indicó, cada año por lo menos unos 250 menores son abusados sexualmente, pero el problema sería aún mayor, dijo el entrevistado.

“No tengo los números exactos, pero estoy seguro de que de cada 10 abusos que se cometen en Yucatán sólo uno se denuncia, en muchos casos por vergüenza o porque las propias familias de la víctimas lo ven como normal”.

Lo más preocupante, dijo, es que los abusos los cometen personas cercanas a la víctima, en este caso papá o mamá, hermanos, padrastro, tío, abuelos, vecinos o amigos de la familia.

“Por fortuna, en el estado no tenemos redes de explotación sexual infantil”.

También lanzó una advertencia a los padres de familia de estar al pendiente de sus hijos: “Un niño que es abusado lanza señales de alerta, que en la gran mayoría de los casos no son atendidas”.

Los abusadores tienen muchas estrategias para convencer o abusar de la víctima, desde violentarlas y amenazarlas de muerte para ellos y sus familias, hasta convencerlas por medio de regalos, explicó. “Hoy fue un entrenador de fútbol, pero me enteré que en otras ocasiones fue por modelar”.