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A Cuba, hoy le sobran amigos

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A Cuba, hoy le sobran amigos

Cayó el último muro rojo; los Estados Unidos, -reyes del tumbao- han mirado a su vecino del Caribe y le han dicho: «se acabó la espera, se acabó el embargo comercial, de ahora en adelante seremos muy buenos amigos, como en aquellos tiempos de Fulgencio Batista y la Cuba del capital. Dejemos que los cañones se oxiden, que las balas nunca salgan del hocico del rifle y que los domingos rojos cubanos sean sólo una canción de Silvio Rodríguez».

Yucatán alza la mano y pide derecho de amistad

Con esta voz de allí vamos….decíamos, el capital se puso contento. En Cuba todo está por hacerse, es un mercado de casi doce millones, ávido de lo nuevo; azúcares, (diabetes), tecnología (estrés), comunicación, (cero privacidad), alimentos en lata, (gordura), McDonald’s, Burguers , coca cola, allí van todos, incluso aquellos que desconocen las aportaciones cubanas en ciencia, salud y deporte.

cuba2El gran capital esta feliz; un nuevo mercado se abre a la conquista de sus ciudadanos, hombres de a pie y de vida simple, arropados en charlas y sones, matadores de tiempo, entre dominó y ajedrez, llenos de gracia y baile. Esta Cuba, tan de moda con sus casi doce millones de personas requieren de satisfactores, y nuestros caballeros de pipa y guante, los señores del «Buen Fin» se frotan las manos con la sonrisa del gato que siente arrinconado al ratón.

Como mexicanos creemos tener el derecho de desembarco, allí están nuestras viejas relaciones de amistad y de cercanía, según los sabios de la aldea, nos llevamos diplomáticamente bien desde 1902, pero otros acuden a los libros y aseguran que así fue desde siempre, sobre todo Yucatán que tributaba más en la capitanía de la Habana que en el centro del país; muchos de los avances que llegaban a nuestro país y estado llegaban de Cuba, incluyendo la imprenta. Ello a pasar de episodios foxianos, que no vale al cuento relatar.

Decía pues, que allí marcha toda una delegación Yucateca, cargada de galletas, sales, refrescos, telas, tecnología, calzado, ropa, créditos para hacerse de más deudas y los más variados satisfactores para una vida post revolucionaria, ello incluye la idea de que este mundo del capitalismo es la leche: Tener un auto, hipoteca, créditos, meses sin intereses, casas de tipo social, aunque sea allá en la loma del burro y oxxos, con esos tonos amarillo y rojo engalanando las esquinas de toda Cuba, muestra inequívoca de que el capital ha llegado a nuestras vidas. Cabe recordar que el capital es todo aquello de lo que disponemos para ser felices, pero que no podemos comprar.

Del surrealismo al cajón. Ocurre aquí mismo en Yucatán

Aquí ya no tenemos recursos y menos remedios.
Recuerdo, eso ocurrió hace unos días, -allá en un pueblecito del interior del estado de Yucatán-, pasó un abonero de ataúdes…sí señor, féretros por encargo y en módicos pagos, -no tan largos, por aquello de que la vida es un suspiro- ; Pensé: ¿quién carajos va comprar un estuche de estos?-, creo que hasta verlos desfilar frente a sus ojos, ofende la gente-; pues no, allí de entre las albarradas salieron dos que tres viejecitos con el abono en la mano, mientras en al agente mortuorio, apuntaba sus datos y se daba tiempo para mostrar lo último en mortajas y cajas de embarque rumbo al más allá….A carbón, cuanto tizne. Me quede boquiflojo y absorto en medio del nuevo negocio que tuvo que salir a buscar clientes, «Dios los bendiga, ya no dejaremos problemas a la familia», me pareció escuchar de un viejecito, ya muy cerquita de usar ese uniforme. Ese es el capitalismo, no deja libre ni en el último viaje, incluso -permítame Ud. Lo ácido- más allá te hacen encuestas sobre, el infierno que te toco, si lo recomendarías a otros amigos y conocidos, que si te agrada la temperatura a la que te cocinan y otras preguntas que uno pensaba ya no te alcanzarían hasta esos mundos Zeta.

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