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Sentencian a 11 años de cárcel a veterinario por abusar de su hijastra

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Sentencian a 11 años de cárcel a veterinario por abusar de su hijastra

abraham-quezada-dominguez-300x225El Juzgado Segundo Penal sentenció a 11 años y seis meses de prisión al veterinario Abraham Quezada Domínguez, acusado de abusar sexualmente de su hijastra.

El sujeto, hermano del delegado estatal de Pesca y ex director de la Facultad de Antropología de la Uady, Delfín Quezada, fue hallado culpable del delito de abuso sexual en agravio de una niña 7 años a la que obligaba a practicarle sexo oral.

La sentencia fue dictada hoy por la titular del Juzgado Segundo Penal, Rubí Guadalupe González Alpuche, dentro del antiguo sistema penal. Curiosamente, la sentencia fue dictada poco después de que el acusado fuera nombrado capitán de uno de los equipos de futbol que participa en el Mundialito dentro del reclusorio meridano.

Además de los 11 años y medio de cárcel, a Quezada Domínguez también se le condenó al pago de una multa de $17,592 pesos, equivalentes a 350 días de salarios mínimos (vigentes en la época)  o 155 jornadas de trabajo a favor de la comunidad. En caso de no pagar, pasará otros  620 días  en prisión. La jueza fijó en 20 mil  pesos la reparación del daño moral. Se informó que la sentencia empieza a contar desde el 25 de octubre de 2011, cuando el acusado se entregó a las autoridades voluntariamente, en un intento por”pagar”  el daño que le hizo a su familia.

Según el expediente, el veterinario abusó de la niña H.E.H.S., entonces de 7 años. El 11 de octubre de 2011 fue descubierto en Progreso,  cuando su pareja sentimental lo sorprendió obligando a la hija de la mujer a hacerle el sexo oral. Le reclamó y forcejearon, situación que aprovechó el acusado para huir en una motocicleta hacia la playa. Presuntamente tomó una navaja para suicidarse, pero no lo hizo y huyó después a Tuxtla Gutiérrez. Desde esa ciudad, el sujeto contactó a la madre de la menor y fue convencido de entregarse.

Cuando compareció por la denuncia, la niña dijo que no era la primera vez que la obligaba, incluso la acariciaba en sus partes íntimas. La besaba en la boca y le decía cosas “extrañas”. La niña dijo que no había dicho nada porque en las noches, cuando su padrastro se le acercaba y la tocaba, ella pensaba que se trataba de un fantasma o que tenía una pesadilla.

Fuente: Formal Prisión

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