Fundada por “El Chino” y “El Bizco Escalante” la cantina abrió sus puertas en 1917 en la calle 62 esquina 49 del Centro Histórico de Mérida para ofrecer más que una cantina de esquina donde beber cerveza helada, botanear y conversar.
Rápidamente logró colocarse en el sitio predilecto de sus visitantes. Casi un siglo después fallece “El Chino Escalante”. Su hijo, el Arq. Carlos Escalante, accede otorgar las riendas de la administración a Patricia Martín y Erick Samson, con la intención de no perder ese legado y referente histórico para muchas familias y sociedad yucateca. Paty Martín es multifacética y en ese andar nos regaló una plática para saber qué es lo que hizo respirar de nuevo a La Negrita y colocarse en el top ten de la ciudad.

“Somos auténticos, aunque la gente nos diga que eso no va a funcionar; si nos gusta a nosotros puede ser que a muchos también”
“Cuando nos enteramos que falleció “El Chino”, le preguntamos a su hijo, el Arq. Carlos Escalante, qué haría con el lugar y nos dijo que ya no podía continuar, lo convencimos que la cantina debía permanecer viva y que nos pasara las riendas. Lo solicitamos porque era un lugar muy cercano y familiar en el sentido de que lo conocíamos bien porque éramos vecinos. Le dimos un giro de 360 grados en la medida que se abrió a otro público”.

En los años 70s y 80s La Negrita tuvo su salón familiar. En la última década de la administración del “Chino”, sus visitantes eran principalmente masculinos y más de la mitad del bar estaba cerrado, con una clientela más pequeña, pero eso sí, como decía “El Chino”: Un bar de quinta con gente de primera.

Siempre tuvo un público muy variado, ecléctico, donde se podían encontrar políticos, profesionistas, estudiantes y de todo un poco. “Actualmente muchos de los antiguos parroquianos nos siguen frecuentando, pero ahora con sus nietos o nietas. Hemos anunciado en las redes que vengan a tomar donde quizá su abuelo tomó su primer trago, ¡y es en serio! nos hemos topado con nietos y sus abuelos que llegan a mostrarles como era el bar cuando eran jóvenes y ahora se ha convertido en el lugar favorito de los chavos.

Se conservó la estructura original de la casa con su antigua división del espacio delantero exclusivo para hombres y el salón familiar en la parte trasera, pero hoy todos pueden moverse por cualquier parte del bar, todos son bienvenidos.

Cualquier recinto que llega al siglo de existencia tiene su historia, es un lugar conocido por varias generaciones así que los mismos yucatecos recomiendan a sus familiares, visitas y demás, que no se les olvide pasar a La Negrita”, nos comenta Paty Martín.

“Ya es un sitio obligado porque se encuentra en el corazón de todos los yucatecos”

Es un lugar sencillo, populachero, muy accesible, visitado por gente de todos lados. Es para disfrutar de un menú muy local donde los cocineros son del interior del Estado con sazón yucateco. La cochinita enterrada llega directamente de Tekantó cada mañana, ofrecen papadzules, brazo de reina, frijol con puerco, albóndigas, adicional a la botana para picar como la remolacha, la fruta de la estación, orejita, chicharra, frijol refrito, sikil pak, entre otros. A las cinco empieza la hora feliz de cervezas y tragos a 19 pesos.

La Negrita ha cambiado la manera de mirar las cantinas de mediodía y su concepto. “La gente busca un poco de ese pasado y mucho del presente, no se trata de quedarnos viviendo en la nostalgia, nosotros lo que aportamos es ser una cantina popular de esquina, a precios muy accesibles, donde puedas tomar un trago, comer, botanear y venir acompañado con quien tú quieras, desde muy elegante hasta con tu chancla ‘dura mil’. Es un lugar para sentirse cómodo, por eso la gente regresa y nos recomienda.

Atendemos a la brevedad cualquier comentario y/o sugerencia. En la cantina no hay clases sociales, ni partidos, ni colores, aquí todo se diluye con un buen trago, en el ambiente todos son amigos. El público fiel sabe que somos un bar auténtico, trabajamos con vinos y mezcal de excelente calidad, toda nuestra materia prima es de primera. Habrá muchas réplicas, pero algo que es una muestra de porqué somos diferentes es que rara vez están los dueños comiendo, bebiendo y escuchando buena música, tanto a nosotros como a nuestros familiares y amigos, aquí nos van a encontrar, lo que vendemos también nos gusta y consumimos. La Negrita cumple cien años y podría contar cientos de historias, una que recuerdo es que fue el primer lugar en tener un refrigerador para enfriar cervezas; otra fue cuando tuvo su ‘drive inn’ al iniciarse la moda de los autos. Era un lugar que aportaba en todo momento algo diferente y es el espíritu de los Escalante el que tratamos de rescatar.”
Datos:

*La Negrita está catalogada en la Revista Proceso como unos de los lugares en Yucatán más instagrameados
*Algunos visitantes:
Chayanne
Armando manzanero
Angélica Vale
Facundo
*pioneros en reunir a los cerveceros artesanales yucatecos para una cata