Mérida, Yucatán, a 09 de abril de 2013.- El Centro de Superación Integral Sara Mena de Correa se convirtió en moderna “torre de Babel” ante los diversos idiomas que se escuchan en el recinto a raíz de la puesta en marcha de las Jornadas de Salud Visual “Regala una buena Visión”, en las que participan el Ayuntamiento, las fundaciones Devlyn y One Sight y el Club Rotario, y que tiene como meta dotar de lentes a unos tres mil meridanos, 20 por ciento niños.
Sin embargo, hay algo que une e identifica a los integrantes del grupo de voluntarios: los deseos de servir y apoyar a las personas que requieren anteojos pero que carecen de los medios para obtenerlos. Los voluntarios son de México, Brasil, Chile, Perú, Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Suecia, China e Italia.
El alcalde, Renán Barrera Concha, y su esposa Diana Castillo Laviada, presidenta del DIF Municipal, constataron el esfuerzo del grupo de voluntarios, cuando pusieron en marcha las jornadas que concluirán el próximo sábado 13.
El objetivo de estas jornadas es atender a tres mil personas de Mérida y sus comisarías, quienes recibirán de manera gratuita un diagnóstico adecuado y los lentes graduados que requieran, lo cual les permitirá un mejor desarrollo y rendimiento escolar.
Se dará seguimiento a 200 pacientes que presenten problema de retinopatía diabética o cataratas, de los cuales 10 serán operados de manera gratuita junto con la Fundación para la Salud Visual de Mérida, de Ermilo Sánchez Buenfil.
La Fundación Devlyn, en coordinación con la Fundación One Sight, realiza recorridos por la República Mexicana en busca de la población más vulnerable del país para apoyarla con la donación de anteojos graduados y antisolares, a fin de que con la detección oportuna y un par de lentes puedan elevar su calidad de vida.
Los pacientes con cataratas serán canalizados junto con la Fundación Devlyn para una operación mediante el Seguro Popular.
Entre los que estrenaron lentes se encuentra Daniel Isaac Saldaña Rodríguez, de 10 años de edad, estudiante del quinto grado de primaria y vecino de San Marcos Nocó. Su madre, Argelia Rodríguez Borges, explicó que su hijo no podía ver bien a lo lejos. Sus calificaciones fluctúan entre 6 y 7.
