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Las librerías más bonitas del mundo

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Las librerías más bonitas del mundo

Direcciones esenciales para aquellos que sufren de esa no tan rara enfermedad llamada bibliofilia viajera, que, más bien, es una bendición.

Si has llegado hasta aquí buscando las librerías más bonitas del mundo, queremos que sepas, querido bibliófilo, que no estás solo. Nos gusta el olor a libro nuevo, la pátina del viejo, la búsqueda de las primeras ediciones, la obsesión por el grosor del papel perfecto, por la encuadernación más bella… Y por las librerías donde dar rienda suelta a esta enfermedad que, más bien, es una bendición: recorremos el mundo en busca de las librerías más bonitas. No pierdas ninguna dirección, pero piérdete en ellas.

Atlantis Books (Oia, Santorini)

En sus estanterías se mezclan gatos, perros y libros, y tras el mostrador, Oliver y Craig, aficionados a la lectura que decidieron quedarse a vivir en Santorini, se dedican a aquello que adoran: recomendar sus libros preferidos a los que llegan. Un experimento para el que contaron con la ayuda de un grupo de amigos estadounidenses, chipriotas e ingleses, que en 2004 llenaron un coche de libros en Inglaterra y los trasladaron a este rincón luminoso y pintoresco de Oia. Allí lleva desde entonces Atlantis Books y su barco lleno de libros encallado en la terraza.

The Fifteenth Century Bookshop (Sussex)

Como ves, a los adultos les quedan pequeños hasta sus escaparates, porque aquí el público es menudo. Para él ofrecen desde los volúmenes más difíciles de encontrar (primeras ediciones incluidas) hasta los más actuales, con especial atención a los álbumes ilustrados. Miles de libros de segunda mano adornan esta antigua librería que compró en 1986 una enamorada de sus estanterías, Susan Mirabaud. ¿No os recuerda un poco a la historia de Tienes un email?

Waterstones (Bradford)

La cadena de librerías Waterstones se hizo con un apabullante edificio en Bradford, un antiguo almacén para el comercio de lana, en el que, a la manera inglesa, sirven bebidas calientes y pastel mientras el visitante ojea los volúmenes (¡aquí ofrecen refill infinito!) y se deslumbra con la arquitectura.

Yangzhou Zhongshuge (Zhen Yuan)

Tiene de todo y para todos los gustos; la librería Yangzhou Zhongshuge, en Zhen Yuan, es tan excesiva y ecléctica que solo podía ser de un país que es a la vez capital y comuna, libertad y prisión, tradición y modernidad. El estudio XL-Muse está detrás de esta idea, casi heterodoxa, de lo que debe ser una librería, y ha llenado cada rincón del espacio con una imaginación que parece salir directamente de los libros.

Rüstem Kitabevi (Nicosa)

Casi 20 variedades de café, cocina tradicional chipriota y libros, muchos libros, es lo que encontrarán los bibliófilos en esta carismática librería histórica (lleva abierta desde 1937) donde es posible encontrar rarezas literarias.

Carta (Lituania)

La universidad de Vilnius, en Lituania, se toma la formación literaria de sus alumnos muy en serio. El hecho de ser la más antigua del país (fue fundada en 1579) se refleja en su librería, fabricada en madera y con fabulosos frescos en el techo.

Librería académica (Helsinki)

El reputado arquitecto finlandés Alvar Aalto diseñó esta llamativa ‘Librería Académica’ (así se llama en español) decorada con mármol y con techos repletos de prístinos tragaluces. Posee un agradable café en la segunda planta, y decimos “agradable” porque, a pesar de sus dimensiones y su piedra blanca, el lugar es de lo más acogedor.

Agua alta (Venecia)

El fenómeno de la Acqua Alta (marea alta) se produce cuando las lluvias inundan, todavía más, las calles y plazas de Venecia. Acqua Alta es, además, la librería con más personalidad, quizás, de toda la lista. No es la más estética, no. Aquí no se entiende de diseños minimalistas, de espacios limpios y de paredes blancas: Acqua Alta es la anarquía del libro, el papel salvaje, la librería del pueblo. Dos bañeras repletas de libros de segunda mano y hasta una góndola te darán la bienvenida (al igual que su gato, un gordito de pelo tupido que se queda dormido en cualquier parte). Saluda a Luigi Frizzo, su dueño, ese hombre afortunado.

Servicio de libros y antigüedades de Princeton (Atlantic City)

Cuatro generaciones lleva esta librería proveyendo de todos los libros imaginables –y, especialmente, inimaginables– a los habitantes de Atlantic City (y, desde hace un tiempo, del mundo). Estos “detectives literarios” se congratulan de poder encontrar prácticamente cualquier cosa en su stock de más de 250.000 volúmenes, lo que combinan con antigüedades y postales de la ciudad.

Cook&Book (Bruselas)

El nombre lo dice todo en la enorme librería Cook&Book, dividida en ocho espacios y una sección de música donde se mezclan libros y restaurante. En ellos encontrarás hasta una de esas enormes y plateadas caravanas American Airstream, grafitis, farolas que solían estar en la calle y, como ves, un techo hecho de palabras.

Librería Lello e Irmão (Oporto)

“Decus in labore” (orgullo por el trabajo), reza la enorme vidriera de la Livraria Lello e Irmão. Y más que orgullo daría trabajar en esta librería de la ciudad de Oporto. La vidriera es protagonista, sí, pero comparte su fama con las suaves escaleras rojas, las ventanas de madera y, por supuesto, los mil y un libros que llenan las estanterías de una de las librerías más famosas del mundo. No nos extraña absolutamente nada que aquí se rodasen algunas escenas para las películas de Harry Potter. Entrar en Lello es meterse en la máquina del tiempo, ese en el que se veneraba el libro y el papel cual tesoros.

Librería Selexyz (Maastricht, Holanda)

Librerías independientes vs grandes cadenas. El encanto de lo propio y la originalidad que ello conlleva la producción y la venta en cadena. ¿Quién gana? En esta lista hay espacio para todos. Es el caso de la cadena Selexyz, que no se conforma con los estándares: los rompe plantando una librería en esta antigua iglesia construida hace más de 800 años. La Biblia ya no es lo más leído entre sus paredes y el altar ya no sirve de púlpito de proclamación: ahora desde él se sirve café. Lo que aportó Selexyz a la piedra original fueron estanterías de metal y un suelo rompedor, de acero. Y libros, muchos libros.

Shakespeare & Co (París)

Si Shakespeare levantara la cabeza… se iría a París a vivir en la librería que le da nombre. La madera y el papel son los reyes de una librería especializada en literatura anglosajona, un lugar que esconde sillones mullidos de cuero, escaleras para alcanzar los títulos más apetecibles… Vamos, donde si pudieras, te quedarías a vivir. Pues hazlo. En Shakespeare & Co no cierran las puertas a nadie y menos a los tumbleweeds que, cual planta rodadora del desierto (eso significa el término), llegan a esta librería para cobijarse. Solo hay tres requisitos que cumplir para quedarte aquí: trabajar dos horas en la librería al día, leer un libro al día también y escribir una página autobiográfica que luego se guarda en la antigua habitación de George Whitman (primer dueño de la librería, ya fallecido, que ha pasado el legado a su hija Sylvia).

Librería Brattle (Boston)

Imagínate que cada vez que tienes que esperar un cuarto de hora, media hora o incluso una hora por tus amigos o por una cita, pudieses hacerlo en la calle ojeando mil libros: esto es lo que podrás hacer en Boston, en Brattle Bookshop, una librería que ocupa un espacio entre edificios sin salida. Además, en su local podrás perderte entre dos pisos repletos de libros de segunda mano, con tesoros a 1$, y una tercera planta para mitómanos del papel que disfrutarán tocando las encuadernaciones de antigüedades, rarezas y ediciones especiales.

Yenny-El Ateneo (Buenos Aires)

Yenny-El Ateneo es más que un edificio o que una librería en el barrio porteño de La Recoleta. Mucho más que un antiguo teatro. Es un símbolo de la Argentina más cultural que se forjó en 1912. Hoy en día, los edificios asociados al Ateneo aseguran experiencias donde las artes siempre están presentes, aunque vayamos a tomar un café o a comprar un libro, como en el caso de esta librería, situada en el centenario teatro Gran Splendid. Donde antes actuaba Carlos Gardel, hoy los argentinos buscan y rebuscan un buen libro que llevarse a casa.

Librería Daunt (Londres)

Si estás en Londres has de visitar Daunt Bookshop. Puedes elegir entre las seis librerías que existen de la misma cadena en la ciudad. Pero si entras en la de Maryleone High Street, te prometemos que no te arrepentirás. Aquí no hay gotelé, solamente libros que decoran las paredes y las llenan de letras e historias en tres niveles, hasta el techo, unidos por balcones de rudo roble. Además, esta tienda tiene un plus Traveler: su contenido es, primordialmente, de temática viajera, aunque también podrás encontrar una reducida oferta de biografías, ficción, etc.

Leer despacio (Lisboa)

“Ler de vagar” es una expresión portuguesa que significa: lee despacio. Ler Devagar es una librería lisboeta a las afueras de la ciudad que incita a la lectura con un golpe visual: una gran pared de libros, altísima, que llega al mismísimo techo de manera amenazante y a la que acceder por las pasarelas de metal de esta antigua fábrica textil del siglo XIX. La pared parece estar diciéndonos “léeme, léeme”… Libros en portugués (obviamente) con una recatada selección de literatura francesa y también de títulos ingleses.

Librería San Ginés (Madrid)

No es por ponerse chulos, rechulos y chulapos, pero en Madrid hay muchas librerías con encanto, desde la mitiquísima librería Bardon hasta la neófita librería de La Central. Pero hay otra, muy digna de mención, que se gana toda nuestra atención: la librería San Ginés, encajada entre la calle Arenal y la calle Mayor, en el Pasadizo de San Ginés. Considerada una de las más antiguas de España, pues sus orígenes se remontan al siglo XVII, está especializada en libros antiguos y de segunda mano. Un santuario de conocimiento para los coleccionistas y bibliofilos.

El Péndulo (Ciudad de México)

El Péndulo es una experiencia completa. Aquí vienes a leer, a oler las páginas de la literatura… Pero también a tomar un café en las mesitas y sillones de la segunda planta, rodeados de libros, claro, o disfrutar de un Pollo Presocrático o unas más humildes enchiladas en su restaurante. Se dice, se comenta, que es un lugar que inspira.

Libros de Hay Castle (Hay-on-Wye, Gales)

El paraíso de los bibliófilos es esto: Hay Castle Books en Hay-on-Wye. El pueblo galés es archiconocido por los amantes del papel de las islas porque aquí todavía se mantienen activas librerías históricas, de más de 40 años, que venden libros usados. Un destino perfecto para los cazatesoros de la literatura. Pero en el pueblo llama la atención un castillo del siglo XII… invadido por libros. Las estanterías que rodean las dependencias están disponibles 24 horas al día para que sacies tu sed de páginas: es la llamada ‘librería honesta’ (elige libro y deposita la cantidad de dinero que consideres justa en su buzón). En el interior te esperan libros de época y un espacio de piedra e historia galesa. El no-va-más.

El Centro Americano del Libro (Ámsterdam)

La librería con más títulos en lengua anglosajona de Europa se encuentra en Ámsterdam. The American Book Center (no podía ser más claro) empezó como un pequeño proyecto entre dos amigos en los años 70, una librería cercana al museo de Madame Tussauds donde se vendían libros eróticos y de porno ‘soft’. Tan bien les fue que decidieron abrir una segunda tienda con un concepto diferente, fundado en las peticiones de sus clientes (desde ciencia ficción a mangas), pero manteniendo unos horarios más dados a la noche. El resultado culminó en 2006 con la ubicación definitiva de The American Book Centerun antiguo edificio industrial de 300 años de antigüedad y con una decoración que mezcla su esencia de fábrica con un toque orgánico (vamos, que cuidado con los troncos).

Librería Henry Miller (Big Sur, California)

Al Big Sur hemos de ir para encontrar el más bello homenaje a la literatura de Henry Miller. El autor se enamoró de los paisajes locos y escapardos de este lado de California y decidió vivir aquí de 1944 a 1962. El Big Sur se lo devolvió en forma de libreríauna pequeña cabaña de madera donde la literatura de Miller sobrevuela, literalmente, el ambiente. Aquí los devotos de su obra, de sus trópicos y de sus palabras, se volverán locos.

Corso Como (Milán)

Cuando entras en esta magnífica librería te dan ganas de cantar GO, VOGUE! con un ventilador en la cara. Esto es Corso Como en Milán, el centro comercial más chic en la ciudad más fashion. Y fuera de tanto anglicismo, especificamos que es un lugar no apto para haters (se nos ha vuelto a escapar) del metacrilato y de las tendencias. La librería de Corso Como es por y para la moda, dedicada en cuerpo y alma a la estética. Así lo demuestra su selección de títulos, donde predominan los grandes libros de fotógrafos de moda.

El baile de los Ardientes (Lyon)

Vale. Solamente es una entrada. Pero al rey lo que es del rey: le Bal des Ardents provoca un efecto llamada indiscutible con su entrada arco de medio punto… de papel. Nacida en 2003 en el corazón de Lyon, el objetivo de Le Bal des Ardents es el de dar voz a los literatos no tan conocidos, apostando por las editoriales independientes e incluso las autoediciones. Es decir, el lugar donde encontrar al próximo Saint-Exupery.

Mendo (Ámsterdam)

La vida de Mendo está intrínsecamente ligada al diseño, a la decoración y a la arquitectura. Se nota en el espacio de su librería, en su aspecto industrial que se convierte en hogareño gracias al trato de sus trabajadores y de su materia prima: el libro bonito. Moda, fotografía, arquitectura, interiorismo y diseño gráfico son las grandes temáticas de su selección. Y, haciendo homenaje a su objeto de deseo, la librería Mendo proclama con su disposición que con lo que aquí se trabaja es con el gusto.

Libros de Munro (Victoria, Canadá)

‘LA’ librería de Victoria, LA en mayúsculas, se merece una mención especial, no solo por su longevidad, sino también por su belleza. Situada en un edificio neoclásico diseñado por Thomas Hooper (arquitecto de grandes proyectos en Canadá) como sucursal del Royal Bank of Canada, ahora las cajas de seguridad y los mostradores han dado paso a los libros y estanterías de Munro’s Book. Eso sí, se mantienen intactas las vidrieras y se han añadido grandes murales de la artista Carole Sabisto.

Libros de trueque (Alnwick, Reino Unido)

Aquí podrías hacer la compra, viajar e incluso llevarte un libro. La librería Barter Books se encuentra en la estación victoriana de Alnwick, por donde ya no pasan trenes, pero sí se organiza el famoso mercado de la ciudad. Y es aquí donde Sutart y Mary Manley establecieron una de las librerías de segunda mano más bellas de Europa. Barter Books es, en sí, una atracción.

Daikanyama Tsutaya (Tokio)

Daikanyama T-Site nació en Osaka hace poco más de 30 años. Hoy, su tienda de Tokio sigue llevándose las mismas alabanzas que ‘su madre’ por su contenido, pero vence a esta en tamaño y en diseño. Como siempre, en Tokio las cosas se hacen a lo grande: la librería Daikanyama ocupa tres edificios rodeados de bosque, para asegurar así la experiencia completa cultural (libros, discos, biblioteca, café y manta, revistas, música…), es decir ‘Tsutaya’.

Librería Rizzoli (Nueva York)

Toda una institución neoyorquina con sabor italiano: Rizzoli nació en 1964 y desde 1985 se encuentra en la 31 W 57th St, donde un aire señorial, de grandes ventanales y lámparas de araña, hace que el tráfico, las prisas y los agobios desaparezcan tras los libros. Especializada moda, diseño de interiores, arte, arquitectura, fotografía y diseño, también es en Rizzoli donde encontrarás literatura italiana (cómo no), francesa, española e inglesa. Es aquí donde también podrás encontrar revistas europeas, el lugar donde el emigrado se sentirá en casa.

The Last Bookstore (Los Ángeles)

Cuán apocalípticos con estos angelinos. Realmente no es la Last y (esperemos) tampoco será la última librería de la ciudad. Pero por si acaso Internet Kills the Bookvisitad The Last Bookstore, como lugar imprescindible para los bibliófilos. Además de su amplia selección de libros, y muy por encima del encanto de los libros amontonados en cualquier esquina (excitación extrema para locos del encuadernado), lo que gusta, lo que encanta y lo que engancha de esta librería es su túnel de libros. Una locura. Una gozada. Belleza por acumulación.

Carrusel Carrusel (Bucarest)

Seis niveles de altura (¡y literatura!) componen esta librería, para muchos la más bonita de Rumanía, que ocupa un edificio histórico en el centro de Bucarest. Décadas de litigios legales tuvo que enfrentar la familia propietaria para recuperar el inmueble, que fue confiscado por el régimen comunista a mediados del siglo pasado. Hoy, Cărtureşti Carusel, rehabilitado por el estudio de arquitectura Square One, ofrece espacios para la lectura, una galería de arte contemporáneo y un bistró en el último piso.

Librería Nanni (Bolonia)

Cualquier rareza que puedas imaginar la encontrarás bajo el Portico della Morte de la Via Dè Musei, en Bologna. De eso se ha encargado la familia Nanni desde que en los años 20 del siglo pasado se hizo con esta librería fundada en 1825 y considerada la más antigua de la ciudad italiana. Un baúl de los recuerdos al que acuden universidades de medio mundo en busca de textos de filosofía, medicina, ciencias naturales, ingeniería, literatura, etc.

Entre-Temps (Lieja, Bélgica)

Aunque la librería Entre-Temps es generalista, pues ofrece libros de todo tipo, no vende cualquier cosa: pertenece a la organización sin ánimo de lucro Barricade, preocupada por asuntos sociales como el feminismo o el emprendimiento. En su cafetería encontrarás cervezas de autor, zumo de frutas de comercio justo y café de cooperativas de caficultores zapatistas.

Librería Chanut (París)

En el número 41 de la rue Mazarine de París encontrarás el País de las Maravillas, el metafórico, pero también el literal, porque en él podrás adquirir una de las curiosas y escasas 250 copias de este clásico de Lewis Carroll ilustrado por Arthur Rackham. Dedicada a libros antiguos de todas las temáticas, Librairie Chanut ofrece desde un Quijote encuadernado en piel de color granate hasta una colección completa de New Universal Geography, del autor Elisée Reclus, precursor de la ecología.

Fuente: Traveler

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