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La lluvia en la visión de los mayas

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La lluvia en la visión de los mayas

100613lluvia-mayasMérida, Yucatán, a 10 de junio de 2013.- La lluvia es sinónimo de esperanza entre los campesinos del Mayab, quienes dependen del vital líquido para ver cumplida la promesa de abundancia que genera la siembra, razón por la cual su comportamiento cultural frente a este fenómeno natural es diferente al que se conceptualiza en la ciudad.

Para la antropóloga Silvia Terán Contreras, jefa del Departamento de Investigación y Curaduría del Gran Museo del Mundo Maya de Mérida (GMMMMM), la idea del origen de la lluvia entre los agricultores mayas está ligada al sincretismo generado por las creencias mayas ancestrales y la concepción cristiana.

Como ejemplo citó la comunidad de Xocén, en donde existe la creencia arraigada de que el agua de lluvia proviene de los cenotes, y para ellos el dios Chaak -deidad maya asociada a la lluvia- es quien extrae de estos lugares el líquido y lo vierte en los campos con un calabazo -calabaza seca que se usa como recipiente-, valiéndose del manto de la Virgen Verónica.

Muchas son las referencias documentadas que existen al respecto, y los campesinos sostienen que si la lluvia viene del mar, debido a que es mucha: ¿Por qué no llueve parejo?, y hay quienes recuerdan aún que 1992 fue un año muy lluvioso para todo Yucatán, pero en el ejido de Xocén, no llovió.

Comentó también que los habitantes de esta zona, afirman que a diferencia de la gente de ciudad, quienes consideran que la lluvia es el resultado de la precipitación de nubes formadas por el vapor de agua del mar, ellos creen que debido a que no cae salada, sino por el contrario muy dulce, proviene de la tierra, y de hecho los j’meen’ob (sacerdotes mayas) han soñado a Chaak extrayendo el líquido de cenotes aún escondidos.

Este sincretismo puede observarse también dentro de la iconografía cristiana, en donde San Isidro Labrador, quien es considerado el patrono de los labradores y quien tiene también influencia sobre la lluvia, sostiene al igual que Chaak un recipiente con agua en sus manos.

Ante la concepción e importancia que para ellos tiene la lluvia, y debido a que los cultivos dependen de un temporal errático, comentó que después de la siembra, los milperos quedan en manos de fuerzas que ellos no controlan, y es por eso que a través de la ceremonia del Ch’a Chaak (para implorar por la lluvia), se le avisa a Dios que ya está lista la siembra para que envíe a los Chaak’ob(diferentes manifestaciones del Dios Chaak) a regar.

Los mayas aseguran que en las esquinas del mundo se encuentran los vientos, junto con los Chaak’ ob, que son muy necesarios debido a que si no hay viento no respiramos, y citan como ejemplo cuevas a las que no se puede acceder debido a que no se puede respirar por la falta de viento:

“Los cuatro vientos son: Xamankan que viene del Norte y es de la época fría, Lak’inik que viene con las lluvias y es del Oriente, Nojolik que anuncia que es tiempo de quemar y viene del Sur y Chikinikque madura las cosechas y es del Poniente, además del señor de los vientos malos que traen enfermedades llamado Tankasik”, indicó la investigadora.

Cabe destacar, que existen otras deidades mayas que también juegan un papel importante en la agricultura maya, los llamados Kanaan Sayao’ob o algunos los refieren como Metan Sayao ‘ob, que son los cuidadores de las venas de agua, quienes también reciben órdenes de Dios, y por esta razón, cuando se realiza la ceremonia del Ch’a Chaak también a ellos se les hacen honores.

Los mayas de hoy aseguran que están obligados a realizar la ceremonia del Ch’a Chaak, porque los antiguos, es decir sus abuelos, dicen: “si no lo hacemos, seremos castigados, por eso se hace cada año, para que caiga la lluvia y tengamos cosecha para todo el pueblo de Yucatán, ya que si no viene el Dios Chaak con la lluvia no logramos nada y nadie va vivir, ni los animales, ni nosotros, los habitantes de esta tierra”

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