Organismos públicos de siete países sufragarán los diez millones de dólares que costará la perforación del pozo de 1,500 metros de profundidad que tratará de llegar al centro del Cráter de Chicxulub, a partir de la próxima semana.

Entre estos organismos figuran la Fundación Nacional para la Ciencia de Estados Unidos, el Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología de Japón; el Ministerio de Ciencia y Tecnología de China, el Instituto de Recursos Minerales y Geociencias de Corea y el Consorcio Australia-Nueva Zelanda, que participa en el Programa Internacional de Investigación Oceánica.

También están el Ministerio de Ciencias de la Tierra de India, la Coordinación de Perfeccionamiento de Personal de Nivel Superior de Brasil y el Consorcio Europeo para la Investigación Oceánica de Perforación.

En algún momento se habló de que el gobierno federal, el gobierno de Yucatán y la UNAM podrían formar un consorcio para apoyar financieramente la exploración, pero eso no se pudo confirmar.

De acuerdo con Riller, los investigadores a cargo del proyecto de exploración del cráter habían considerado inicialmente la perforación de dos pozos, ambos de 3,000 metros de profundidad, pero por falta de recursos decidió hacer sólo uno, de 1,500 metros, a 29 kilómetros de la costa de Sisal.

En caso de que se presenten problemas para perforar en ese sitio, los investigadores contemplan otras dos ubicaciones alternativas.

Este pozo, llamado desde ahora “Chicxulub 03”, llegará hasta la zona conocida como “anillo de picos”, en el centro del cráter, la parte más atractiva para los científicos, como hemos informado.

La perforación del pozo, que empezaría la próxima semana, tendrá lugar sobre el área marina del cráter, porque no hay estudios previos de refracción sísmica en tierra, necesarios para perforar un pozo de estas características, explica Riller, “además de que son menos precisos y más costosos que los hechos en el mar”.

El grupo de científicos encargado de la investigación del cráter adquirió estudios de refracción sísmica —para determinar la ubicación del pozo de exploración—, en 1996 y 2005.

Los estudios de ese año lo realizó, como se recuerda, el barco Maurice Ewing, cuya presencia en aguas yucatecas ocasionó la protesta de grupos ecologistas por la utilización de ese barco de técnicas de rastreo sísmico dañinas para los mamíferos marinos y la pesca en general.

La propuesta para perforar el pozo de 1,500 metros bajo el cráter data del año 2000, pero fue hasta 2006 cuando los distintos grupos científicos, que hasta entonces trabajaban aisladamente, se unieron en Alemania para llegar a un consenso sobre los objetivos de la perforación de ese pozo.

Antes de que se haga éste, la UNAM, con el apoyo de Carlos Slim, hizo tres perforaciones de poca profundidad en los alrededores de Tekax, en 1994.

En 2002, con el patrocinio del Programa Internacional de Perforación Científica Continental, la Universidad Nacional hizo otro pozo, cerca de la hacienda Yaxcopoil, llamado “Yaxcopoil-I”, en el sector sur del cráter, que tiene una profundidad de 1,511 metros.

Las muestras de rocas extraídas de este pozo permitieron a los investigadores conocer por primera vez, de manera directa, las relaciones entre esta estructura y las extinciones masivas de dinosaurios, así como las características químicas de las piedras del interior del cráter y sentar las bases para la perforación del “Chicxulub 03”.

Fuente: Diario de Yucatán