Frederic Chopin
Concierto en mi menor, para piano y orquesta, Op. 11
A propósito del programa que ofrecerá la Orquesta Sinfónica de Yucatán este viernes 3 y domingo 5 de febrero en el teatro José Peón Contreras
Por Felipe Ahumada.
Se ha dicho, con cierta razón que los dos conciertos para piano de Chopin, el Número dos en fa menor, Op. 21 (1828) y el Número uno en mi menor op. 11 (1829) bien podrían enunciarse como conciertos para piano con orquesta, debido que al contrario de otros grandes conciertos para este instrumento, como el Emperador de Beethoven, los dos de Brahms o el de Schumann, plantean en el más vigoroso estilo romántico, un diálogo entre fuerzas en conflicto protagonizadas unas veces por la orquesta y otras por el piano, que generalmente se resuelven en majestuosos finales en los que triunfa la virtud en forma apasionada. Siendo de este modo conciertos para piano y orquesta, creando un binomio indisoluble de expresiones contrastadas.
La expresión «piano con orquesta» que utiliza Jonathan Kramer en su libro Listen to the music cuando se refiere a los conciertos de Chopin, sugiere en cambio el predominio del piano por sobre la orquesta que emplea como complemento, como acompañamiento.
Lo anterior se refuerza si consideramos a Chopin, como lo fue, un extraordinario compositor cuya obra está escrita casi en su totalidad para piano, que al incursionar en el uso de la orquesta seguía pensando en términos pianísticos, sin aprovechar de ella todos sus elementos, dando no obstante como resultado, las magníficas obras que si bien no toman de la orquesta todos sus recursos, eso no significa que la desperdicie como en su tiempo le reprocharon algunos críticos, Héctor Berlioz entre ellos, sino que le da una nueva forma de expresión única y genuina que ha trascendido los años.
Apegada a la forma clásica del concierto, esta obra de Chopin, está estructurada en tres movimientos: Allegro maestoso, Romance (Larghetto), Rondó (Vivace) que forman una unidad en la que prevalece el romanticismo tan propio de Chopin cuya exaltación y cuya añoranza nos hace pensar constantemente en el amor y en la patria.
Este concierto en mi menor para piano y orquesta Op. 11, conocido como el Número uno, fue en realidad escrito tres años después del concierto en fa menor compuesta antes pero que por problemas editoriales se publicó posteriormente, saliendo a la luz como el Número 2.
Johannes Brahms
Obertura del Festival Académico
Compuesta en 1880 y estrenada en 1881 bajo la dirección del propio Brahms, la Obertura del Festival Académico, es una breve y sencilla obra escrita en respuesta de gratitud hacia la Universidad de Breslau luego de que ésta le otorgara el doctorado honoris causa al compositor que, a pesar de la solemnidad del acto y la significancia del grado, con esta obertura satisfizo más los gustos del estudiantado que de las autoridades académicas, al basar la obra en cuatro canciones de taberna, que hacen del obertura una pieza deliciosa que invita luego de su ejecución a seguir cantando.
Previendo la sorpresa que causaría esta ligereza, Brahms interpretó al mismo tiempo la Obertura Trágica que compuso también para esa ocasión.
