Lugares comunes
Por Dr. José Ángel de la Luz
Alguna vez has escuchado frases como “está loco”, “es un demente”, “ya fue con el loquero”. ¿A qué te suenan? ¿Con qué conceptos los relacionas?

El “señalar o marcar” con calificativos valuadores que van en contra de los derechos individuales de toda persona, es estigmatizar y esto se va aprendiendo en el hogar, escuela, sociedad y se consolidan paulatinamente.

¿Pero cómo nace y se desarrolla el estigma? Todos formamos parte de una sociedad, en la cual hay características similares a todos sus miembros tanto en físico como en pensamiento, esta información la asimilamos como “normalidad” y cuando un individuo o un sector de la población tienen distintas características en físico o pensamiento, tendemos en automático a hacer la distinción. Una vez que ya se ha hecho esta distinción inicia el proceso del estigma.

Por información recibida de familiares, amigos, medios de comunicación, nos hacemos un estereotipo (conocimiento) de este sector o del individuo que, en el caso de salud mental, nuestro estereotipo del paciente con enfermedad mental es de peligrosidad, impulsivo, infantil, incapaz, que es culpable de su estado de salud, contagioso, entre otros. Estereotipos compartidos que dan origen a los prejuicios (emociones), dentro de las cuales las más comunes son miedo, ansiedad, ira, desconfianza, temor de estar conviviendo con estos individuos o temor al contagio, emociones que nos llevan a la discriminación (conductas) hacia estas personas, de las cuales las más frecuentes son el alejamiento, la devaluación, agresiones verbales o físicas y otras más.

En conclusión, si algo sale de nuestra “normalidad” lo etiquetamos conforme a nuestros conocimientos adquiridos, regularmente adversos e indeseables, que despertarán los prejuicios de miedo, desconfianza e ira. A este proceso se le llama estigma social.

Pero la situación se complica cuando el estigma social da origen al autoestigma y al estigma por asociación. El autoestigma es la devaluación y concepto indeseable que se hace el propio individuo como resultado del bombardeo constante de la sociedad. El estigma por asociación es el que tiende a señalar a todas las personas que conviven con el individuo como que poseen las características determinadas en similar o igual intensidad.
El resultado final del estigma es en muchas ocasiones la violación de los derechos humanos, menos oportunidades de desarrollo familiar, social y laboral, que termina con inequidad y exclusión de la persona, siendo relegado muchas veces dentro del núcleo familiar lo cual profundiza su evolución adversa.

Es muy importante informarnos sobre el tema de salud mental, para modificar estereotipos y generar distintas emociones que nos lleven a conductas benéficas para todos por igual y trabajar con los familiares de personas que sean portadoras de enfermedad mental para que seamos en conjunto con la sociedad el pilar de una mejor convivencia.

Para mayor información en la página semedsam.com o clínicadeadicciones.org.mx.