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Homún, prometen cero contaminación mientras habitantes piden cero granja

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Homún, prometen cero contaminación mientras habitantes piden cero granja

Por Eduardo Lliteras Sentíes

homunmerida-nbb6ji2y2pEl 24 de junio, en las oficinas del secretario general de Gobierno, Roberto Rodríguez Asaf, en Mérida estallaron de forma inopinada los gritos, inclusive insultos, según versiones de algunos presentes. Un grupo de “cenoteros” de Homún se retiraron de la reunión sin escuchar a los representantes de la empresa que construye una granja porcícola para criar 34 800 cerdos anualmente para exportar su carne fundamentalmente al mercado internacional.

Desde la Ciudad de México había venido una bióloga y otras personas para explicar cómo pensaban tratar los desechos que generará la granja –la que abrirá previsiblemente a fin de año-.

El mismo secretario general de Gobierno, Roberto Rodríguez Asaf, salió por piernas del lugar. La versión de los cenoteros es que se salieron porque los empresarios no les mostraron los permisos. Que para eso era la reunión. Y que en lugar de eso les mostraron diapositivas para “explicarles” de qué se trataba el proyecto, lo que les molestó, y que se salieron, efectivamente.

Ese fue un punto de quiebre que anunció el distanciamiento inequívoco entre el grupo que se opone a la granja en Homún y los inversionistas, quienes aseguran que tampoco recibieron las invitaciones para participar en las asambleas públicas que se realizaron en dicha población yucateca famosa ahora por sus cenotes que atraen a miles de turistas cada año, generando empleo y ganancias.

Ricardo Díaz Montes de Oca miembro del consejo de administración y el director, Enrique Ortiz García, entrevistados aseguran que inclusive hubo al menos otro intento anterior para explicar de qué se trataba el proyecto de la granja, la que prometen será “100 por ciento sustentable”, con “cero olor” y con “cero filtraciones de aguas residuales al manto freático”, una de las principales preocupaciones de quienes poseen cenotes en la zona y los explotan turísticamente. Actividad, hay que decirlo, de la que dependen muchas familias en Homún de una forma u otra, ya sea llevando a los turistas en moto taxi, ya sea ofreciendo otros servicios.

El ingeniero Antonio Zumárraga, de la Empresa Ingeniería Civil Estructural y Arquitectónica S.A. de C.V. quien está a cargo de la edificación de la granja aseguró que la granja no sólo estará dotada de los sistemas actuales que están diseñados para cumplir las nom 001 para descarga a suelo, “sino que la planta reducirá el nivel de contaminantes aproximadamente 10 veces comparado a un tratamiento primario para de esta forma contar con un efluente con la calidad necesaria para usarse para cultivo de consumo humano”.

“Esto nos permitirá que los nutrientes que quedan en esta última etapa sean aprovechados en su totalidad por los cultivos y de esta forma generar cero contaminación a mantos acuíferos” de la zona, según asegura.

Para garantizar “la cero contaminación a los acuíferos” de la zona –recordemos como hemos dicho hasta ahora que se ubica en el Anillo de Cenotes, el cual fue decretado como área natural protegida por el Gobierno del Estado de Yucatán, y en la Reserva Estatal Geohidrológica del Anillo de cenotes—los empresarios han adquirido sistemas de última generación, sistemas que operarán de la siguiente forma, según explicaron:

1.- Clasificador y separador por medios físicos y químicos: esta etapa consiste en separar la basura y los lodos de forma mecánica mediante cribas así como la aplicación de elementos químicos como carbonato de calcio para bajar la dureza en el agua y hacer más eficiente los procesos posteriores.

2.- Lechos de secado y disposición de sólidos.

3.- Tratamiento con sistema de biodigestión anaeróbico.

4.-Quemado de la producción de metano resultante con un mechero.

5.- Tratamiento en laguna de aeración y tratamiento facultativo.

6.- Tanque de desinfección.

7.- Filtro de arenas.

8.- Disperción en riego con cosecha para consumo humano.

Según señalaron, las aguas una vez tratadas servirán para irrigar los campos de cultivos ubicados alrededor de la granja en un terreno de aproximadamente 100 hectáreas. Es decir, señalan, el agua utilizada y tratada no irá al manto freático. Ni los abonos que resulten del tratamiento de las excretas, el que se enviará para su venta fuera de la zona.

Insistieron en que “con el desarrollo de este proyecto, la sociedad cercana a la granja en su conjunto tendrán la seguridad de que el acuífero estará mejor cuidado y además se generara la posibilidad para que las futuras granjas y aun las existentes, tengan un ejemplo de cómo se puede mejorar la productividad por el mejor uso y aprovechamiento del agua y de los sólidos en beneficio del ambiente, de la agricultura del suelo, el agua y la economía de las zonas en donde se instales o estén instaladas granjas porcícolas”.

Nos dijeron que no se trata de que Homún sea un municipio dedicado a los cenotes o a la porcicultura, sino que ambas actividades puedan realizarse sin perjudicar la una a la otra. Por el contrario, aseguran, tienen toda la intención de colaborar y apoyar las actividades turísticas, de patrocinar campañas de promoción del turismo así como de apoyar programas sociales en dicho municipio.

De hecho, señalaron que habitantes de los tres municipios ubicados alrededor de la granja se beneficiarán del empleo que generará la granja. Hablamos, aseguraron, de 158 empleos bien remunerados y con prestaciones de ley, según dijeron.

“No llegamos a desplazar a nadie”, insistieron a la vez que se mostraron disponibles a que se cree una comisión con instituciones como la UADY (y otras organizaciones académicas) como han propuesto otros actores involucrados en la zona, para que se hagan pruebas al agua de los mantos freáticos de la zona. Es decir, que no sean únicamente la Conagua o Seduma, quienes comprueben trimestralmente que no contaminan, según prometen.

Insisten en que la granja “no contaminará el medio ambiente” y que por el contrario “traerá beneficios”. Es decir, el mejor de los mundos posibles. Por de pronto, quienes se oponen, cenoteros y habitantes de Homún contrarios a la granja, acudieron a Palacio de Gobierno en Mérida a entregar los resultados del referéndum organizado en Homún semanas atrás con la presencia de organizaciones como Indignación.

Entre gritos de “¡Fueraaaaaaaa Eduardo Batlloriiiii!”, “Fueraaaaaa Sedumaaaaa y “¡Rolando escucha, el pueblo está hablando!”, llegaron a las puertas de Palacio de Gobierno en Mérida seguidos de pancartas, una manta y una piñata con forma de un cerdo color rosado así como de varias banderas de color rojo, blanco, amarillo y negro que agitaban varias mujeres.

Un grupo de 6 fueron recibidos por Carlos Sobrino y les prometieron una respuesta para antes de una semana a su petición de que la granja no abra de ninguna manera.

Aquí hay que insistir en que la autoridad, local, pero también estatal, ha fallado desde un inicio en informar oportunamente sobre los proyectos de inversión en Homún, pero también en otros municipios. La información clave de dónde se planean las grandes inversiones industriales, energéticas, agrícolas, etcétera, sólo la conoce un restringido grupo de líderes en la cúpula de poder que incluye en ese restringido grupo de unas 15 personas a quienes se dedican a comprar y vender tierras en el estado, con fructíferas ganancias.

Por ejemplo, en días recientes nos enteramos que los ciudadanos opositores a la granja obtuvieron, por fin, la famosa MIA (Manifestación de Impacto Ambiental). La tuvieron que obtener a través del tedioso y farragoso trámite de transparencia. El costo, casi 10 mil pesos por las 500 cuartillas. ¿Por qué no estaba la MIA disponible en internet, accesible a todos los ciudadanos, empezando por los vecinos de Homún? Porque no está obligada la autoridad, dirá alguno, pero abonaría, al clima de confianza y de diálogo –que algunos dicen promover- el que así hubiera sido.

La opacidad, y no raramente la corrupción, acompañan a estas decisiones, como lo hemos señalado. En el caso de Homún, los inversionistas aseguran que no sólo el alcalde supo del proyecto, sino el Tesorero, el presidente del Consejo de Vigilancia así como el comisario ejidal.

La realidad es que no será la primera vez que un alcalde o un comisario ejidal sean señalados de maniobrar para su interés exclusivo en detrimento de los intereses de la comunidad a la que dicen representar.

Quizá de toda esta crisis lo que queda de positivo es la misma práctica de cuestionar una inversión. Esto es muy bueno, nos dice un observador de una ONG internacional. La intención de pedir cuentas es muy sana, insiste. No cabe duda, ya que esto incorporará los legítimos intereses de la población a la que ahora se mantiene al oscuro de quienes dicen conducir los destinos de Yucatán para su bien, beneficiándose desde el poder.

Eso sí, hay que decir que en el caso de Homún, si se dañara su modus vivendi, su forma de vida, en términos de derecho indígena, los habitantes tienen derecho a que no se haga el proyecto. A realizar una consulta, como la que hicieron hacen un par de semanas, a pesar de que hay quien la descalifica.

El problema, nos dice, es que no estuvo bien manejado el tema de la inversión. Aquí el problema es cómo se planea, quién conoce dónde se van a hacer las grandes inversiones agro industriales, las grandes inversiones industriales. Ahora cuántos proyectos hay parados por esto mismo. Lo que se necesita en Yucatán y Homún es más diálogo y más diálogo, y claro, cambiar un sistema de planear que cada vez generar más conflictos en el estado de Yucatán. Para beneficio de unos cuantos.

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