Por Alejandro Pulido Cayón

Algunos escándalos se avecinan. Crece la tensión entre adelantados, retrasados y balconeados. Septiembre será para definiciones partidistas. Estamos en tiempos políticos.
Sin embargo, es pronto para hablar de enroques y relevos gubernamentales, tanto a nivel estatal como municipal. Las semanas por venir serán de una guerra soterrada, de baja intensidad al interior de los principales institutos políticos en la entidad. Los cambios, que los habrá, llegarán a finales de año, como dice la canción: diciembre me gustó pa’que te vayas. Porque sí, porque así lo indica la ruta electoral.
Los próximos tres meses servirán a suspirantes y aspirantes para buscar un lugar en el ánimo de los dirigentes partidistas, entre las distintas corrientes y grupos; pero sobre todo, en los medios de comunicación. A diferencia de otras épocas, en el siglo XXI hay que moverse para salir en todas las fotos. Esta y las futuras elecciones tratarán sobre la construcción de imagen, y la gestión de ésta ante el gran electorado. Aunque las grillas seguirán siendo las grillas.
No obstante, las candidaturas tendrán que ajustarse a una fórmula nueva, en la que se repartirá el 50-50 entre mujeres y hombres -además de considerar a los jóvenes-, para todos los puestos elegibles, que en esta ocasión corresponden a 15 diputaciones uninominales y 10 plurinominales para el Congreso del Estado, así como cinco diputados federales por representación directa y cuatro más de representación proporcional. Asimismo, están en juego 106 alcaldías, entre ellas Mérida. A grandes rasgos, ese es el contexto para las postulaciones.
La inexorable marcha de los días nos llevará hasta enero, cuando los partidos políticos deberán presentar a sus pre-candidatos para la contienda interna. Es muy probable que el PRI repita la mecánica que le ha funcionado: la unidad entorno a figuras pre-elegidas. Mientras, en el PAN se espera una elección de candidatos entre simpatizantes, adherentes y miembros; ello después de los tropiezos por el caso de los dipu-tables, que dio al traste a los anticipadísimos acuerdos entre dirigentes yucatecos.
Las campañas, que tendrán lugar desde abril hasta el 3 de junio de 2015, pondrán a prueba las maquinarias estatal y municipales. Desde el gobierno del Estado buscarán consolidar una mayoría legislativa y en los municipios para el tricolor. Así, el Ayuntamiento apostará por conservar la capital para los albiazules, y retener las alcaldías donde gobiernan. De hecho, ya son visibles las estrategias electoreras de unos y otros, en todos los ámbitos.
El llamado a las urnas coincide con el Día de la Libertad de Expresión nacional, irónicamente: Será el 7 de junio de 2015 cuando la ciudadanía emita su veredicto, el cual, hay que decirlo con todo dolor, es casi seguro que pretendan condicionarlo según viejas prácticas. Son tiempos político, y esta es la ruta.