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Vuelta de tuerca en Hollywood: el realismo de ‘Joker’ está a punto de cambiarlo todo

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Vuelta de tuerca en Hollywood: el realismo de ‘Joker’ está a punto de cambiarlo todo

Ya se habla de un antes y un después en la narrativa del cine de cómics tras el estreno de la cinta el pasado fin de semana en el 75 Festival Internacional de Cine de Venecia.

¿Exagera Todd Phillips cuando dice que las películas de superhéroes se han convertido en nuestro Shakespeare?

Lejos queda aún el juicio de la historia que confirme el dicho del guionista y director de Joker, la cinta más esperada y, hasta ahora, celebrada tras su estreno el pasado fin de semana en el 75 Festival Internacional de Cine de Venecia. En todo caso, como dijo a la agencia AP sobre las películas basadas en cómics: “son un gran punto de partida para hacer algo interesante”.

Si el relato de héroes y antihéroes revela más que nunca su apogeo desde la cultura pop, también es cierto que el estruendo de las producciones superpoderosas de los universos de DC o Marvel —boga que ha logrado cifras de taquilla inéditas en Hollywood— también ahuyenta a una parte del público. Ese que bien podría ubicarse en un segmento clásicamente shakespeariano del gusto.

Joker está a punto de cambiarlo todo. Y con un presupuesto que el mismo Phillips, un cineasta que se ha abierto paso en el mundo de la comedia, califica como “bajo para el cine, pero enorme para el mundo real”.

Tras el estreno de la cinta en la Mostra, donde compite por el León de Oro, ya se habla de un antes y un después en la narrativa del cine de cómics.

Porque, cosa nueva, Joker es un relato realista del supervillano: le quita lo súper, le da un nombre y —detrás de todo nombre hay una historia— le da un origen. Lo vuelve hombre. Con un tratamiento más cercano al cine de calle de Scorsese de los 70 —esa Nueva York sucia y amenazante, sin glamur—, que a la fantasía estetizada en la magnificencia de la arquitectura déco, que destacó en la historieta y en otras versiones fílmicas de Batman.

En la visión de Phillips el Guasón no es un personaje de cómic. Es Arthur Fleck. Un comediante de stand up devastado. El hijo perfecto de esa decadencia llamada Ciudad Gótica.

Un logro que, en la concepción de la historia, Phillips obtuvo con la venia de Warner Brothers: “No hay reglas”, le dijeron después de un largo escrutinio para dejar en sus manos la invención de la historia del acérrimo enemigo de Batman.

Y el Guasón cobró vida propia.

Lo hizo en virtud de que el pasado del personaje era aún hoja en blanco, y de la mente escalofriante de uno de los más grandes actores en la historia del cine, Joaquin Phoenix —quien a diferencia de su personaje, nunca ha ganado un Oscar.

Algo está a punto de cambiar en la construcción del relato de los héroes de DC cuando la película de Phillips logró atrapar la atención de un talento como Emma Tillinger Koskoff, la coproductora. Ella ha trabajado con Scorsese en sus retratos de la vida neoyorquina desde The Departed hasta la más reciente, The Irishman.

“No es mi género favorito de cómics”, dijo Koskoff a AP. “Literalmente no puedo ver esas películas. Intento pero no puedo, debería. Pero esta me encanta. Incluso si no trabajara en esta película me encantaría verla”.

Con información de agencias y el país.

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