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Una Ramada que regala fe, esperanza y caridad

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Una Ramada que regala fe, esperanza y caridad

Feligreses de la iglesia de San Martín Caballero, ubicada en el fraccionamiento Yucalpetén, también fomentan la tradición 

Por Martha López Huan 

Igual que los pastores de Belén, un grupo de feligreses de la iglesia de San Martín Caballero, corren presurosos por las calles del fraccionamiento Yucalpetén y Bosques de Yucalpetén.

“Ay, ay, ay, ¡qué alegres van!, reiré si volverán,con la pan pan pan, con la de de de,
con la pan,  con la de,  con la pandereta y las castañuelas”.

Así,  con globos, ramas, luces, panderetas, una Virgen de Guadalupe y un trastecito para el aguinaldo recorren las calles llenándolas con su alegre canto.

Ese canto de la Ramada yucateca que remonta a la infancia cuando entonan:

 “Me paro en la puerta, me quito el sombrero, porque en esta casa vive un caballero, vive un caballero, vive un general, si me da permiso para comenzar…”
“Naranjas y limas, limas y limones, aquí está la Virgen de todas flores… que me den mi aguinaldo, si me lo han de dar, las noches son cortas debemos dr andar”.

Sin embargo, de ese canto destaca una estrofa que va como anillo al dedo, ya que la Ramada, integrada por personas mayores y niños, regalan fe, esperanza y caridad. 

“Señora Santa Ana, ¿por qué llora el niño? Por una manzana, que se le ha perdido, dile que no llore, aquí traigo dos, una para el niño y otra para Dios”.

Esos valores de Dios son los que regala el grupo de feligreses cuando sale a las calles a dar obsequios y  pedir aguinaldo, de lo que se recaude comprarán víveres y otros artículos básicos para algunas personas que resultaron afectadas por el Covid 19.

Doña Andrea Koh, una de las integrantes del contingente que respeta la sana distancia y los protocolos de salud, explicó que tienen tres razones para salir a cantar las Ramadas.

“Primero fomentar la tradición para que no se olvide; segundo, conocemos a adultos mayores que por la pandemia no han podido salir de casa, ya los tenemos ubicados y a ellos les cantaremos un villancico, la Ramada y les dejamos un presente”, agregó.

En tercer lugar, cantarán en otras casas para recaudar fondos que servirán para comprar despensas y distribuirlas entre las personas que resultaron afectadas por el Covid 19.

Una de las niñas que acompaña al alegre contingente pide que salgan y apoyen, “pero también vayan a la iglesia, porque Dios siempre nos bendice”.

La más pequeña del grupo baila al ritmo de los villancicos, motivando a dar más aguinaldo, sin importar que el zacatito ya esté lleno de rocío…

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