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Sergio, el artista detrás de las monumentales piezas del Museo del Meteorito

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Sergio, el artista detrás de las monumentales piezas del Museo del Meteorito

El T. Rex y el Monstruo de Aramberri del exterior son obras del paleoescultor mexiquense

Afuera del Museo del Meteorito un enorme T. Rex reposa en una de las esquinas del techo y a unos metros, se observa el hocico de un Monstruo de Aramberri, los cuales todavía son sostenidos con andamios, pues su elaboración no ha concluido.

Detrás de los complicados trabajos de la creación de estas dos piezas está Sergio de la Rosa, un paleoartista originario del Estado de México, quien desde el año pasado trabaja en los modelos que los visitantes de Progreso pueden apreciar incluso a varios metros de distancia.

Culminar estas piezas ha sido un reto para Sergio. Incluso tuvo que viajar con su equipo desde Toluca, Estado de México, para garantizar la correcta colocación de estos animales prehistóricos.

“Yo empiezo desde noviembre del año pasado a trabajar en las piezas, ya para febrero estaban bastante avanzadas, pero fue necesario traerlas sin terminar desde Toluca y aquí estoy realizando los últimos detalles, esta semana ya deben quedar listas”, comenta en entrevista con La Jornada Maya

Sergio y su equipo han tenido que tomar en consideración que el T. Rex, que mide más de cuatro metros de alto, y el Monstruo de Aramberri, de nueve metros de largo, estarán a la intemperie, por lo que deben de contar con una estructura diseñada para soportar el impacto del clima y hasta de los huracanes.

No es un trabajo fácil, en Progreso y en Mérida no han conseguido el material con el que suelen armar este tipo de modelos y el que han encontrado para sustituirlo ha demostrado no ser resistente.

“Me faltó un poco de material y se me complica porque incluso en Mérida no hay, pero cuando viene mi equipo le encargo para que lo traiga del centro del país. El material de aquí sí es de calidad, pero cuando lo sometes a la presión del clima y las condiciones empiezan a surgir otros problemas”, explica.

Un trabajo que se realiza de noche

Además, trabajar a escasos metros del mar y ante el fuerte calor yucateco ha complicado el avance de todos los trabajadores que llegaron de la capital del Estado de México, una zona donde la temperatura media anual es de 14.7 grados.

“Estamos a la intemperie y hay muchachos que vinieron de Toluca y no conocían el mar, estan contentos, pero también le han sufrido mucho porque se están derritiendo. Trabajamos de noche, pero es complicado porque estamos acostumbrados al horario diurno y es pesado, además de que es peligroso porque no se ve bien y podríamos caernos de los andamios”, comenta el paleoescultor.

A pesar de estos obstáculos, Sergio está a punto de entregar las piezas terminadas y de sumar estos modelos a su amplia trayectoria como artista plástico, que incluye algunos mamuts exhibidos en el Museo Paleontológico de Santa Lucía Quinametzin, en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y otras obras para el Museo del Desierto de Coahuila; el Acuario Inbursa, en la Ciudad de México; el Acuario del Bajío, en Guanajuato; y el Museo de la Prehistoria Parque Dos Ojos, en Quintana Roo.

La experiencia en Yucatán ha sido satisfactoria, confiesa, porque es gran amante de los dinosaurios y sabe que se encuentra en el punto donde comenzó la extinción de estas especies.

“Estar parado donde desaparecieron las criaturas que tanto amo sí me de un poco de nostalgia, es algo increíble. Aquí fue el comienzo del fin, qué bonita experiencia estar trabajando en este lugar”. 

Con información de La Jornada Maya

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