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Yucateca extraordinaria. La Monja Roja del Mayab.

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Yucateca extraordinaria. La Monja Roja del Mayab.

Por Cap. José Góngora López

Nació en la ciudad de Motul el 6 de diciembre de 1878 en el seno de una humilde familia. Fue maestra de primaria, lo que le permitió estar en contacto con las hijas e hijos de la gente obrera y del campo, quienes fueron siempre el motivo de sus luchas sociales.

Esta mujer, de nombre Elvia Carrillo Puerto, fue quien consiguió el derecho al voto femenino, organizó el primer Congreso Feminista de México, segundo en Latinoamérica, y fue la primera mujer electa legisladora junto con la profesora Raquel Dzib Cicero.

A partir de 1909, Elvia empezó a trabajar activamente para la causa antirreeleccionista yucateca. Los partidarios de Olegario Molina, ex gobernador e integrante del gobierno de Porfirio Díaz, no sospechaban que aquella joven mujer fuera propagandista de los morenistas* que formaban el partido opositor. Elvia hablaba perfectamente el idioma maya y como maestra conocía a fondo la psicología de los campesinos, por lo que a partir de 1910, se convirtió en activista política en las poblaciones de Acanceh, Tizimín, Temax y Valladolid; a finales del mismo año traduce al maya un documento con el siguiente mensaje: Es urgente aliarse a los morenistas para evitar que el Estado caiga en manos de un gobierno déspota y tirano.

Puesto que ella creía firmemente en la causa de Francisco I. Madero, participa en la rebelión de Valladolid originada por el Plan de Dzelkoop y que resultó fracasada; afortunadamente, Elvia logró escapar fingiendo ser una hacendada que viajaba a la capital para efectuar unas compras. Este evento sería conocido como “la primera chispa de la Revolución Mexicana”.

El 14 de julio de 1912, organiza la Primera Liga Feminista Campesina, iniciando sus luchas sociales en defensa de las clases desprotegidas, actividad que continuaría a través de toda su vida. Durante el gobierno del General Salvador Alvarado, ocupó el cargo de Directora de Bibliotecas del Estado de Yucatán, iniciando una destacada gestión pública.

Tras el asesinato de su hermano Felipe en 1924, Elvia se traslada a la Ciudad de México para continuar su lucha en favor de las mujeres. Entre los años 1930 y 1934 se llevaron a cabo tres congresos de mujeres obreras y campesinas, y fue en 1931 donde nace el plan de crear una célula enfocada a exigir el sufragio femenino, una lucha que le tomaría años, pues fue hasta 1947 que se dio el primer paso con la aprobación del voto femenino en elecciones municipales y, más adelante, en 1953, el artículo 34 de la Constitución fue modificado para otorgarle a mujeres y hombres la igualdad de derechos políticos.

Lastimosamente, la fecunda existencia de la sufragista yucateca finalizó en medio de carencias económicas y la soledad, en un pequeño departamento ubicado en la Ciudad de México, y su muerte a los 89 pasó totalmente desapercibida. En años pasados, el Senado de la República instituyó un premio que lleva su nombre y que se entrega los días 8 de marzo a las mujeres destacadas por sus luchas sociales en defensa de la igualdad de género. Hoy, su nombre representa un modelo de inspiración para la lucha y el activismo en favor de los derechos de las mujeres.

(*) Corriente política desarrollada en Yucatán de 1909 a 1915 como movimiento opositor al monopolio político y económico del grupo encabezado por Olegario Molina.

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