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La tumba y el esqueleto de un noble maya permiten reconstruir su vida

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La tumba y el esqueleto de un noble maya permiten reconstruir su vida

La tumba de un alto dignatario maya, un abanderado llamado Ajpach’Waal, ha servido a los arqueólogos para reconstruir como podía ser la vida de un miembro de la élite durante el apogeo de esta cultura.

Por Abel de Medici

Foto: Kenichiro Tsukamoto

Un equipo de la Universidad de California Riverside (UCR) ha estudiado el complejo funerario de un alto dignatario maya situado en el sitio arqueológico de El Palmar (México), en la península de Yucatán. El hombre llamado Ajpach’Waal vivió durante el siglo VIII d.C., durante el periodo Clásico Tardío, y participó en misiones diplomáticas con ciudades vecinas. Su título era el de lakam, una especie de abanderado que se encargaba de llevar los estandartes de su ciudad en las comitivas.

Los nobles como Ajpach’Waal podían vivir con gran lujo pero también caer rápidamente en desgracia

Su esqueleto y las inscripciones de su tumba revelan muchos detalles acerca de la vida de estos nobles, que podían vivir con gran lujo pero también caer rápidamente en desgracia, según los investigadores Jessica Cerezo-Román y Kenichiro Tsukamoto de la UCR. Los glifos de la escalera que lleva a una plataforma ceremonial indican que en el año 726 d.C. Ajpach’Waal participó en una misión diplomática que tenía como objetivo forjar una alianza entre las ciudades de Copán y Calakmul. La misión fue un éxito y le aportó un gran prestigio y riqueza, pero las tornas cambiaron cuando las dinastías reinantes de ambas ciudades fueron detronadas por sus respectivos rivales, privando a Ajpach’Waal de su posición de poder.

PRIVILEGIOS Y PENALIDADES

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Junto a esta plataforma se encuentra un templo en cuyo subsuelo los investigadores encontraron una tumba intacta, que atribuyen a Ajpach’Waal. El examen del esqueleto les ha permitido conocer muchos detalles sobre la vida de este lakam y, por extensión, de la nobleza maya. Varios de los dientes habían sido sido perforados para colocar implantes de pirita y jade, dos materiales muy valorados y que estaban sujetos a estrictas regulaciones; el hecho de que poseyera varios de ellos indica una muy alta posición social.

Además, su cráneo había sido moldeado en la parte posterior para que adoptara una forma plana. Este tipo de modificación se realizaba rodeando el cráneo con objetos planos durante la infancia y por lo general estaba limitado a la realeza: el hecho de que se le practicara a un noble era algo raro y un símbolo de estatus muy importante, ya que los mayas consideraban que así se embellecían los rasgos faciales.

El examen del esqueleto ha permitido conocer muchos detalles sobre la vida de Ajpach’Waal y, por extensión, de la nobleza maya.

Pero los investigadores deducen que, incluso en esta posición tan privilegiada, la vida de Ajpach’Waal seguramente no fue fácil. El examen del esqueleto revela que murió entre los 35 y los 50 años y que padeció numerosas enfermedades: estas le provocaron la pérdida de varios dientes, posiblemente a causa de infecciones y deficiencias alimentarias, y artrosis en varias articulaciones, que el estudio atribuye al hecho de tener que caminar largas distancias sosteniendo los estandartes. Además del dolor que debieron de causarle, habrían sido un impedimento para seguir desempañando sus funciones.

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