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Diez novelas gráficas para iniciarse en el noveno arte

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Diez novelas gráficas para iniciarse en el noveno arte

Digamos que eres una persona a la que le gusta leer y anda buscando esparcimiento en estos días de cuarentena; los cómics de superhéroes no te interesan para nada, pero has escuchado que hay historias que van más allá de las capas y mallas que vale la pena explorar

Por Miguel Civeira*

O supongamos que eres una persona ya fascinada por los cómics, que conoces todo el Universo Marvel, pero consideras que ha llegado el momento de pasar a lecturas un tanto diferentes, y descubrir qué hay más allá. Esta lista es para ti.

Primero, ¿qué es eso de “novela gráfica”? Existen dos acepciones básicas. Una es medio pretenciosa, pues intenta distinguir “novela gráfica” como una obra de grandes ambiciones intelectuales, en oposición al “cómic”, mero entretenimiento pueril… ignoren ésa. Yo prefiero una acepción que se refiere simplemente al formato de la obra: una novela gráfica es un cómic de extensión relativamente larga que narra una historia autocontenida. Es decir, si el número 323 de The Amazing Spider-Man es como un capítulo en una serie de TV con muchas temporadas, una novela gráfica sería como una película o, a lo mucho, una miniserie. De hecho, muchas novelas gráficas son compilaciones de obras que fueron publicadas originalmente como seriales.

Como sea, aquí tienes diez novelas gráficas esenciales para empezar a adentrarte en el mundo de la literatura en viñetas. Hay fantasía y ciencia ficción, por supuesto, pero también historias de la vida real, y hay tanto cómic estadounidense, como latinoamericano y europeo:

El Eternauta de Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López (1957-59): Empezamos este recorrido en América Latina con la obra de estos argentinos. La historia va de una invasión extraterrestre, narrada desde el punto de vista de un pequeño grupo de supervivientes en Buenos Aires. Sin la acción y heroísmo que este tipo de historias suele tener en la ficción estadounidense, aquí tenemos un relato melancólico y crudo, en el que la invasión y el genocidio sirven como comentarios sobre la historia de nuestra América, con sus dictaduras y golpes de Estado.

Fritz the Cat de Robert Crumb (1965-72): La década de los sesenta fue la del auge de los comics, obras contraculturales y contestatarias que se rebelaban contra el mainstream de la industria editorial. Una de las tiras más icónicas fue la de este cínico gato antropomorfo. Estaban llenas de crítica social, sexo explícito, violencia gráfica y mucho humor negro, pero negrísimo. Un escándalo para las buenas conciencias de entonces y aún de ahora. El volumen reúne las múltiples historietas breves que fueron creadas por Crumb a lo largo de los años.

A Contract With God de Will Eisner (1978): Esta obra fue la responsable de popularizar el concepto de “novela gráfica”; su creador, por otro lado, fue uno de los maestros fundadores del noveno arte. Eisner se inspira en sus vivencias reales, mientras crecía como un niño judío de clase trabajadora en Nueva York. El volumen se compone de cuatro historias entrelazadas sobre las vidas de los habitantes de un edificio departamental, y sus temas abarcan la desilusión, la nostalgia, la intolerancia racial y, como el nombre lo sugiere, la relación de la humanidad con un Dios que permanece ausente.

Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons (1986-87): Uno de los cómics más influyentes de toda la historia es, junto con Maus, el único aparecido en la lista de los mejores libros de la segunda mitad del siglo XX. La obra es una deconstrucción de la figura del superhéroe, tal como podrían existir en el mundo real, impactando la historia y el devenir humano. Se caracteriza por la profundidad psicológica de sus personajes y la complejidad filosófica de su argumento; es una obra llena de referencias literarias y experimentos narrativos revolucionarios.

El Incal de Alejandro Jodorowsky y Moebius (1980-88): El chileno Jodorowsky es famoso por estar loco de remate, y aunque cualquiera debe alejarse de sus enseñanzas pseudopsicológicas, como narrador veterano de la generación contracultural sesentera, su obra reviste de mucho interés. Junto con el francés Moebius, uno de los artistas más celebrados del mundo de la historieta, nos trae este relato de ciencia ficción y fantasía sobre un héroe en busca de la iluminación. Lleno de filosofía y espiritualidad, cuenta con algunas de las páginas más bellamente ilustradas en la historia del noveno arte.

V for Vendetta de Alan Moore y David Lloyd (1982-89): No por nada Moore ha sido llamado el Dostoyevsky del cómic, pues se trata del argumentista vivo cuyo trabajo ha impactado más en el medio. En esta segunda obra nos presenta un escenario distópico sobre una Inglaterra dominada por un partido fascista. En este contexto surge V, una especie de anti-superhéroe, un vigilante anarquista que lucha para derrocar al régimen, un acto terrorista a la vez. Es una obra inundada de filosofía política, cuyas reflexiones se antojan muy relevantes para nuestros días.

Maus de Art Spiegelman (1980-91): Considerada por muchos medios como la mejor novela gráfica del siglo XX, en ella el autor relata los recuerdos de su padre, un judío polaco que logró sobrevivir al Holocausto nazi. Aunque el arte es estilizado y el autor utiliza animales antropomorfos para representar diferentes nacionalidades (los judíos son ratones, los alemanes son gatos, los americanos son perros, los rusos son osos…), el cómic es desgarradoramente realista. Spiegelman intercala el presente con el pasado y hasta se pone metaficcional por momentos.

Operación Bolívar de Edgar Clément (1993-94): Llegamos al México lindo con esta novela ambientada en una época de crisis para nuestro país. El cómic va sobre policías corruptos, narcotraficantes, intervencionismo yanqui y, faltaba más, ángeles y arcángeles que son cazados para vender sus partes en el mercado negro. Como buena obra mexicana de la época, es cínica, llena de humor negro, y muy poco optimista sobre nuestra realidad política. Su arte rebosa con referencias a la tradición artística mexicana, desde el barroco hasta la caricatura de Posadas.

Ghost World de Daniel Clowes (1993-97): Relato icónico de la Generación X, va sobre un par de chicas que están pasando de la adolescencia a la juventud, en el desierto ideológico de los 90. Cómica, muchas veces ácida, esta novelita de culto retrata las vicisitudes de la vida juvenil en una década caracterizada por su consumismo y vacuidad. Desde el vacío esnobismo intelectual hasta la banalidad del pop, este cómic analiza con humor, y a veces con melancolía, la cultura de la última década del siglo pasado.

Persépolis de Marjane Satrapi (2000-03): Esta hermosa obra de la artista iraní se ha ganado el corazón de millones de lectores alrededor del mundo. Basada en su propia niñez y juventud en el Irán de los ayatolas, a través de la vida de la protagonista conocemos la realidad del régimen teocrático y cómo afectó la existencia de las personas comunes y corrientes. Pero es también una historia sobre crecimiento y autorrealización, y de la posibilidad de encontrar esperanza y un espacio para la rebeldía hasta en el más opresivo de los entornos.

(*) Profesor, escritor, geek profesional.
Web: maikciveira.com

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