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Casa de Libros José González Beytia cumple 17 años con 17 mil títulos

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Casa de Libros José González Beytia cumple 17 años con 17 mil títulos

La biblioteca nombrada como el ex gobernador busca fomentar la lectura en Yucatán

Lo que comenzó como un acervo familiar, hace 17 años, se convirtió en un espacio para cultivar la cultura y el conocimiento a voluntad de José Luis Domínguez Castro y sus allegados. Hoy, la Casa de Libros “José González Beytia” alberga más de 17 mil ejemplares y cada uno de ellos lleva entre sus páginas el aroma de la tenacidad, el olor propio de proyectos culminados, y de otros más que se vislumbran en el horizonte.

El maestro Domínguez es un bibliófilo declarado que ha encontrado su vocación entre las hileras de estantes rebosantes de letras que pueblan su casa de la García Ginerés. Flanqueados por esos tomos de ciencias sociales, artes y humanidades, platicó a La Jornada Maya que la celebración del aniversario de la biblioteca coincide con la madrugada en la que falleció el ex gobernador que le da nombre.

“En honor a él es este esfuerzo familiar y colectivo que hemos venido haciendo desde hace 17 años. Aunque es una institución privada, también nos gusta hacer público lo poco o mucho que vamos avanzando”, comentó el antropólogo. mientras uno de los historiadores que laboran en el lugar nos sirve un refresco de tamarindo.

Foto: Juan Manuel Contreras

Durante la pandemia, lamentó, no hubo oportunidad de socializar los trabajos que se estaban realizando en el foro, por lo que, aprovechando un año más del proyecto, buscarán expresarlo a sus afines mañana 16 de septiembre.

«Vamos a hacer una pequeña reunión familiar y con los colaboradores más inmediatos que han pasado por la Casa, sin que tenga un carácter festivo, sino más bien informativo”, subrayó.

El propósito del encuentro, detalló el investigador, es compartir las acciones que pudieron realizarse “contra viento y pandemia” en los últimos dos años, y cómo se fue abriendo de nueva cuenta al público.

Para el antropólogo Domínguez, la mejor manera de celebrar será publicitar -en la página de Facebook de la Casa- que ya se cuenta con un acervo de 17 mil libros, de los cuales el 90 por ciento de sus portadas están escaneadas para comodidad de su público.

“Además de este avance, (informar) el esfuerzo que se ha estado haciendo para que la multitud de donaciones que hemos recibido en los últimos dos años se diversifique y todo lo que ya teníamos (repetido) en el inventario lo hemos estado mandando a otras bibliotecas”, explicó.

Esa, dijo, será la otra parte de la fiesta de aniversario. Durante los siguientes días se organizarán algunas actividades entre las que figura la exposición del pintor Carlos Aguado, con una interesante propuesta basada en fractales.

Aunado a la exposición y explicación sobre los fractales, la Casa de Libros tiene en puertas una serie de eventos hasta fin de año que incluyen presentaciones de libros, avances de investigaciones y pláticas de difusión histórica.

“Amenazan con volver” 

“Una novedad que ha venido con la pandemia es que la Casa de ha abierto a otras agrupaciones. Con frecuencia nos la han pedido -ya sea la nueva sala de lectura o el patio- para entrevistas, pláticas e incluso conciertos”.

En ese sentido, celebró don José Luis, sus relaciones se han multiplicado. Por ejemplo, con la agrupación Servicios de Envejecimiento Activo (SEA), un grupo de profesionistas que el académico considera universitarios, pues así los conoció.

“Ellos realizan muchas actividades en favor de las personas de la cuarta edad, en las que evidentemente me siento involucrado, y en ocasiones me piden la sala, por ejemplo, para un taller de autobiografía, y ahora me la han vuelto a pedir”.

De manera similar, prosiguió, la Casa ha sido solicitada por un grupo de historiadores espontáneo denominado Los Sanjuanistas, quienes acudieron en primera instancia a conocer la historia de los museos a partir del libro de Blanca González.

“Ese grupo quedó complacido con las instalaciones de la Casa y amenazan con volver”, advirtió.

Otro grupo es la asociación de ex alumnos de la UNAM, una agrupación que el profesor Domínguez vio nacer y aglutina a egresados de dicha institución avecinados en Mérida que siguen inquietos por seguir fomentando entre ellos su formación continua.

Proyectos en marcha 

De la misma forma, prosiguió, la Casa de Libros ha mantenido contacto permanente con otras bibliotecas, justamente por el tema de los libros repetidos y la voluntad del bibliófilo de compartir lo que le llega.

“Aparte de ser selectivos en cuanto a temas, por ejemplo, todo lo que no sea de ciencias sociales, artes o humanidades, se dona, en primer lugar, a la biblioteca central de la UADY o a bibliotecas hermanas como la de la Universidad de Chapingo o el Tecnológico”, sostuvo.

El gran descubrimiento de los últimos meses, contó Domínguez Castro, ha sido que hay grupos de ciudadanos que por su cuenta forman pequeñas bibliotecas, ya sea en comunidades rurales o colonias urbanas.

“Quisiera presumir, en el marco de nuestro aniversario, que ya tenemos relación formal con dos comisarías del municipio de Mérida: Sacalá y Texán, cuyos habitantes tienen interés en cuestiones que favorezcan a otros habitantes”.

Algunas de estas acciones, reconoció, no se han ejecutado directamente, sino a través de algún universitario que vive ahí u otros grupos de universitarios procedentes de instituciones como la Anáhuac-Mayab o que hacen su servicio social.

“La otra es que ciudadanos que viven en colonias de Mérida, por ejemplo, un grupo de maestros jubilados, habilitan en la sala de su casa un espacio con libros al servicio de sus vecinos. A ellos también les hemos entregado donaciones”, precisó.

El origen de la Casa 

La Casa de Libros se fundó a partir de un grupo de ciudadanos de mayor edad que tenían una agrupación llamada Fraternidad y Justicia y estaban buscando un sitio para reunirse.

“Yo era, en edad, como ‘el niño Jesús en medio del templo’, los invitaba aquí y les preparaba su café. Todos habían sido funcionarios públicos -ya jubilados en ese momento- y se reunían a analizar los problemas de la sociedad y el estado”, contó.

El investigador describe estas tertulias como “una fábrica de ideas” e incluso algunos de ellos todavía tenían influencia en diversas instituciones. Esa agrupación, recordó, le dio la idea de que no sólo fuera la biblioteca privada de su familia.

“Nosotros heredamos gran parte de la biblioteca del profesor González Beytia, ese es el verdadero origen. Él era un gran lector, un maestro que tenía la consigna de fomentar la lectura y, apenas pudo, de producir y editar libros”.

José Luis Domínguez destacó que el ex gobernador tuvo varios cargos, como diputado estatal y secretario del gobernador. Fue en esta época, añadió, cuando se publicó la Enciclopedia Yucatanense.

Al llegar a la gubernatura, expuso, gracias a su capacidad y conocimiento del estado, el oriundo de Valladolid propició la proliferación de escuelas, impulso al magisterio y la producción de libros.

“La memoria de José González Beytia era poco conocida y había que hacer que la sociedad la conozca. Entonces, en calidad de herederos de este patrimonio cultural, decidimos que en esta casa se instalara, a manera de memorial, la biblioteca”.

Sueños en construcción 

En cuanto al futuro de la Casa de Libros, el maestro José Luis celebró el compromiso de sus descendientes con el proyecto: “sueño que sean los continuadores de esto, el único nieto que tengo ya es lector a sus cinco años, así que tengo muchas esperanzas”, festejó.

El vecindario donde se ubica el recinto -la García Ginerés- también es cuna de lectores, especialmente extranjeros que han elegido Mérida para vivir y de alguna manera han fungido como “publicistas” de la Casa.

“Quiero que, además de ser un centro de consulta de libros de papel, la Casa de Libros pueda ser un centro de investigación y documentación de todo lo que se refiere al período de la historia de Yucatán que va de 1945 a 1955, llamémosle ‘el Alemanismo en Yucatán’”.

Este lapso, explicó el profesor experto en la materia, abarca las dos visitas del ex presidente Miguel Alemán Valdés -una para su campaña; y otra para dar “el zarpazo”-; y todo lo que sucedió después, con la valiente renuncia de González Beytia.

“Ese período del 45 al 55 lo vamos a tener totalmente documentado y disponible para el público lector, estamos trabajando en ello. Gracias al cuidado de doña Blanca Rosa Rodríguez, quien fuera su esposa y unas enormes cajas de cartón que contienen gran parte de este archivo”. 

Edición: Jornada Maya

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