Page 8 - Revista Yucatán Septiembre 2022
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 existe la leyenda de dos guerreros mayas que se enamoraron de la misma doncella de nombre Nicté Ha y disputaron una guerra por su amor, lo que provocó la ira del dios Chaac, quien los condenó a vivir eternamente juntos; y es que el chechén es una planta dañina para la piel, cuyas hojas y tronco provocan quemaduras muy fuertes y el mejor antídoto es, precisamente, el chakáh... dos árboles que no pueden crecer si no está uno cerca del otro.
Igualmente, resguardan doce tortugas ma- yas que viven dentro de un haltún (sarteneja), especies que se identifican por llevar una cruz en el pecho. Nuestro anfitrión explica que, an- tiguamente, eran utilizadas con el fin de aliviar enfermedades respiratorias y tal era su valor para los mayas, que muchos glifos fueron plas- mados en sus caparazones.
En esta parte del recorrido se puede apre- ciar un grabado de la deidad Ah Mucen Kab (el que guarda la miel), relacionado con la creación del universo: Así como en la religión católica existe un Ser Todopoderoso que creó el cielo y la tierra, en la cultura maya también existe una deidad similar; lo interesante de este grabado es que podemos ver a Ah Mucen Kab de rodi- llas frente a una abeja, presentándole su res- peto, lo que nos hace reflexionar, si un dios así entiende la importancia de las abejas, ¿por qué los humanos no?, añade.
Llegamos al tercer portal, de nombre Chik’in, negro, que representa al oeste, donde se oculta el sol; esto, además de simbolizar a la noche, nos habla de cosas negativas como enfermeda- des o catástrofes naturales.
En esta zona albergan una pequeña granja con patos, gansos, cochinos pelones, conejos, gallinas y pavos. Asimismo, resguardan más he- rramientas y utensilios de los mayas, como la mesa Ka’anche’, de tres niveles, que represen- tan el inframundo, la tierra y el cielo.
Igualmente, aquí se encuentra un hermoso emblema diseñado por Erik, en forma de cruz, que simboliza el trabajo que en Jardín Alak rea- lizan a favor de las abejas como familia.
Al centro del emblema podemos apreciar a la abeja xunan kab, flanqueada por los cuatro puntos cardinales unidos por un círculo, que re- presenta al universo y al ciclo que nosotros cum- plimos en la tierra; debajo se observa la entrada del jobón con el rostro de la abeja y el número ocho, referenciando a los tamales que se les ofrecen durante los rituales. Después, tenemos unos gusanitos, que son las pequeñas larvas y, al centro, una flor, representando el proceso de metamorfosis de las abejas; por último, hasta abajo, unos relieves de forma cuadrangular, que vendrían a ser las celdas de cría de la abeja.
El último portal, Lak’in, representa al sur y está de color rojo porque alude a los sacrificios, la sangre, pero también a la purificación que es- tos rituales eran para los mayas. Es aquí donde se encuentra el meliponario de las abejas xunan kab.
Hoy sabemos que lo fundamental de las abe- jas recae en la polinización de las plantas, sin embargo, nuestros ancestros tenían la creencia de que las abejas volaban hacia el sur, subían al cielo y después bajaban con los alimentos para nutrir la vida, por eso tenemos el meliponario en esta sección, explica Erik.
Al entrar, lo primero que llamará tu atención son las pequeñas cabecitas asomadas desde las colmenas, pertenecientes a las guardianas que resguardan su hogar; entrar y ver tantas anteni- tas atentas y vigilantes resulta, sin duda, en una postal enternecedora.
Una de las principales características de las abejas mayas es que carecen de aguijón, no obstante, cuando se sienten amenazadas se enredan en el cabello con tal fuerza, que se sienten como pequeños pellizcos. Otra gran di- ferencia con la especie Apis melífera es la can- tidad de miel que producen al año, pues, mien- tras las primeras producen varios litros al año, las abejas mayas elaboran apenas un litro o litro y medio de forma anual.
Además, el sabor de la miel que produce la abeja xunan kab es mucho más suave y suma- mente eficaz en el tratamiento de infecciones, heridas, gastritis, y más.
Actualmente, las abejas las colocan en unas cajas de madera, debido a que en los jobones (unos troncos huecos) la miel terminaba conta- minada y no podía utilizarse para fines terapéu- ticos. Asimismo, en el perímetro del suelo hi- cieron un pequeño canal de agua para impedir el paso de las hormigas xuula’, que amenazan a
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