Page 32 - Revista Yucatán Noviembre 2022

RÉQUIEM AL EGO
Por Rafael Aguiar
Muerte doblegas con tu imperio corazones de León o de Cordero Vano sorber mercurio para perpetuar el brillo húmedo de los ojos.
Ni salvoconducto de inmunidad vetan tu abrigo piadoso
Ni el carácter indomable
de los envilecidos
Ni los pundonores de los justos Ni la fragancia hipnótica
de los amores bellos
Salvan tu flamígera sentencia de punto final
Un día un poco nada y mucho olvido.
No hay mayor humillación
que la prescripción infinita
Un despojo a la deriva en el regazo del humor del tiempo
Un silencio eterno inapelable
La nulidad absoluta de ser uno mismo a perpetuidad.
El fin degrada a polvo todos los encantos Exilia del cuerpo el plausible placer
de la caricia liviana
Condena al destierro los sueños
del ufano álter ego
Reduce al ser a deambular en el vacío de lo intangible.
Poco a poco arrastra al sendero aciago de lo prescindible
Poco a poco un epitafio en mármol que no recordará nadie
Poco a poco solo un nombre en boca de quien te nombra en la desolación.
No hay mayor humillación
que la soledad involuntaria
La memoria condenada a la indigencia donde yacen inertes los recuerdos
Un proverbio de voz en voz
o un enjambre de palabras escritas nos convierten en susurros íntimos
a mitad de las horas.
Aun cuando la vida nos degrade
con arrestos finitos
Aun nos condene a trabajos extenuantes Aun nos despoje de amores fallidos.
Al final migraremos a la patria calma de los olvidados
O quizás en el agreste desierto
de las memorias fugitivas
Vida o muerte solo un delirante sueño.
2 Agosto 2022
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