Especial Revista Yucatán
La ciudad amarilla es uno de los rincones más hermosos de Yucatán. Carretera a Cancún, en una desviación poco visible, se encuentra el Pueblo Mágico de Izamal, ahí entre los cerros que la cuidan se sienten aires diferentes, coloniales se podrían decir. La también llamada Ciudad de las Tres Culturas vive entre lo maya, español y contemporáneo.
Con esa elegancia característica de sus viejas casonas, Izamal se puede disfrutar caminando. Descubre el bello rincón del arco que sirve de contrafuerte al Convento, el Palacio Municipal, las capillas de Nuestra Señora María Santísima, la de Los Remedios y la del Carmen. En tus caminatas puedes visitar las esquinas del Venado, la Cruz Caída, de La Piña; además la Plaza de Zamná rodeada de portales, el Parque 5 de Mayo, el Centro Cultural y Artesanal Izamal, el mercado y sus pintorescos barrios ¡No te los pierdas!
El Convento de San Antonio de Padua es lo más representativo, está situado en la meseta del Cerro Mayor del que una vez entrando nos podemos maravillar con sus 75 arcos que conforman el atrio cerrado más grande de América y el segundo más grande del mundo; aquí podemos ver el monumento que recuerda la histórica visita del Papa Juan Pablo II en 1993.
Igualmente descubrirás por qué es la Ciudad de Los Cerros. Aquí encontrarás pirámides como Tu’ul (el conejo), Habuk, Izamatul y otras más, pero la verdaderamente sorprendente es la pirámide Kinich-Kakmó “Guacamaya de fuego con rostro solar”, cuya interpretación es que los mayas creían que el dios Kinich bajaba en el ardor del sol para quemar y purificar los sacrificios u ofrendas del panteón utilizando la forma de una guacamaya.
Para descubrir la naturaleza como todo un explorador puedes visitar el parque arqueológico Oxwartz que se encuentra a 30 kilómetros de Izamal.
También puedes disfrutar de la comunidad Kimbilá famosa por sus bordados.
Otra experiencia inigualable es la que da el visitar el cenote Sahuncat en Homún.
Galería
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Fotografías:
Abraham Guillen
Instagram: @verdeguillen
