Por Guadalupe Meza

A nivel internacional, Jalisco es uno de los estados más destacados por ser la cuna de algunos de nuestros productos culturales más famosos: el tequila, el mariachi, la charrería y artesanías de gran reconocimiento. Por si fuera poco, sus paisajes engloban llanuras, valles, la Sierra Madre Occidental y el Océano Pacífico que se pinta en todas sus tonalidades de azul en la llamada Costa Alegre. No por nada el lema turístico de esta entidad es: Jalisco es México.

Si bien, este año el Grito se suspendió a nivel estatal al igual que en otras partes del país, puedes venir a celebrar conociendo al menos uno de estos cinco sitios, ¡no te arrepentirás!

Tequila

Este pintoresco poblado se encuentra a una hora de Guadalajara y es la cuna de la bebida mexicana más consumida a nivel internacional, el tequila. Puedes llegar en coche, camión o tren desde Guadalajara. En cualquier caso, podrás admirar una de las maravillas naturales de México: el paisaje agavero. Además, ten por seguro que estarás tentado a probar este elixir desde mucho antes de llegar, ya que hay puestos de cantaritos por toda la carretera. Una vez en Tequila, no te puedes perder el conocer la fábrica José Cuervo para aprender acerca del proceso de destilados y hospedarte en alguno de sus hoteles boutique; es una sugerencia que no debes echar en saco roto.

Mazamitla

Enclavado entre las montañas y nombrado como la “Suiza mexicana”, este encantador pueblito conquista a cualquiera gracias a los tejados rojos y las fachadas blancas que aparecen entre los pinos. La comida local es deliciosa y el ambiente es siempre festivo; podría representar con facilidad la escenografía característica de los pueblos montañosos del país. Asimismo, las celebraciones que se organizan por el Día de la Independencia son legendarias. Si quieres conocer más sobre este sitio, consulta la edición del mes de febrero de 2020 de Revista Yucatán, ahí encontrarás todo lo que necesitas saber para visitarlo.

Boca de Tomatlán

Muy cerca de Puerto Vallarta, se encuentra un paraíso natural con playas casi vírgenes, donde aún no se asoman los grandes complejos hoteleros, ni los letreros en inglés. En esta playa te sentirás como si hubieras retrocedido en el tiempo y contemplarás en todo su esplendor, la belleza que el mar Pacífico le regala a este país. Ir durante el día a comer la pesca local, es encontrarte también con el talento y la hospitalidad de los jaliscienses.

Tlaquepaque

El famoso pueblo de alfareros es fuente inagotable de artesanos y artistas, además, cuenta con el complejo cantinero más grande de México: El Parián, donde puedes disfrutar del tequila y el mariachi que tanto renombre han dado a Jalisco; incluso, en algunos días es posible ver a las escaramuzas junto con los charros bailando el jarabe tapatío. Sus calles adoquinadas, las fachadas de colores y las galerías interminables te harán sentir un profundo orgullo por tus raíces.

Guadalajara

La joya de occidente, la perla tapatía, con su alma siempre provinciana combina lo mejor del México moderno e industrializado con las tradiciones de antaño. Basta caminar por la Colonia Americana para ver cómo se entremezclan en el arbolado paisaje los viejos chalés porfirianos con los modernos edificios de departamentos y divisar a lo lejos la zona financiera de Punto Sao Paulo. La oferta cultural es infinita, desde recintos modernos hasta cantinas tradicionales, de la innovación museográfica a la arquitectura colonial del centro, cada espacio te hará sentir respeto por el pasado y optimismo por el futuro. No te olvides de pasar al Bariachi antes de irte, restaurante y bar mexicano que ofrece mariachi en vivo y espectáculos de danza folclórica.

(*) Escritora, viajera, editora y orgullosamente jalisciense.

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