Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

La epilepsia es un mal común

Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

La epilepsia es un mal común

221012imss-epilepsiaMérida, Yucatán, a 19 de diciembre de 2013.- La epilepsia es un trastorno caracterizado por convulsiones repetitivas de algún tipo, informó el doctor José Antonio Gien López, especialista en Neurología del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Yucatán.

Estas convulsiones o ataques son resultado de una alteración en la función cerebral y se producen por una excitación eléctrica anormal en el cerebro u ocurren cuando los grupos de células nerviosas del cerebro envían señales erróneas.

Es uno de los trastornos neurológicos más comunes y ocurre a cualquier edad; actualmente, alrededor del 10 por ciento de la población mundial podría tener una o más crisis convulsivas a lo largo de su vida.

Las crisis convulsivas son más frecuentes en la infancia (del nacimiento a los cinco años de edad), disminuyen en la niñez (cinco a 12 años de edad), además de ser aún menos comunes en los adolescentes y adultos, pero se llega a presentar un incremento de estos episodios en los ancianos.

Las manifestaciones clínicas de la epilepsia dependen de su duración, localización, diseminación de la descarga a otras partes del cuerpo, así como de su causa. A veces, pueden deberse a alteraciones de la función cerebral provocadas por la hipoglucemia -niveles bajos de azúcar en la sangre-, hiponatremia -niveles bajos de sodio en la sangre-, y por la toxicidad de ciertos medicamentos, en cuyo caso, la persona presenta sólo una o pocas crisis.

Las características de los ataques son variables y dependen de la zona del cerebro en la que comienza el trastorno, así como de su propagación. Pueden producirse síntomas transitorios, como ausencias o pérdidas de conocimiento, y trastornos del movimiento, de los sentidos (en particular la visión, la audición y el gusto), del humor o de la función mental.

Las personas con convulsiones tienden a padecer más problemas físicos, tales como fracturas y hematomas; además de que en ocasiones pueden tener problemas psicosociales tales como ansiedad o depresión, por lo que es importante que se consulte con el médico.

El tipo más frecuente es la epilepsia idiopática, es decir, la que no tiene una causa identificable. La epilepsia con causas conocidas se denomina epilepsia secundaria o sintomática. Dichas causas pueden consistir en: daño cerebral por lesiones prenatales o perinatales (asfixia o traumatismos durante el parto, bajo peso al nacer), malformaciones congénitas o alteraciones genéticas con malformaciones cerebrales, traumatismos craneoencefálicos, accidentes vasculares cerebrales; así como infecciones cerebrales como las meningitis y encefalitis, algunos síndromes genéticos o hasta tumores cerebrales.

La forma ideal para diagnosticar la epilepsia es a través de análisis de glucosa en la sangre; así como pruebas para evaluar el funcionamiento renal y hepático; además de una electroencefalografía, estudio ideal para diagnosticarla debido a que es capaz de demostrar la presencia de ondas y espigas anormales que confirmarán la existencia de la enfermedad.

En cuanto al tratamiento, el especialista podría recetar medicamentos anti convulsionantes, también conocidos como antiepilépticos. Los pacientes que hayan tenido una sola crisis o muy pocas provocadas por una intoxicación de medicamentos, por la supresión de alcohol o sedantes pueden no necesitar los fármacos antiepilépticos o utilizaros por poco tiempo, según sugiera el médico.

Facebook
Twitter
LinkedIn