Hace 50 años se construyó la Unidad Habitacional Revolución (Cordemex) como una ciudad para obreros. Desde su creación se le considera como uno de los proyectos más singulares del urbanismo yucateco.

“¿A dónde vas, vecina?”, preguntaban hace algunas décadas a Gabriela Llanes Casanova, habitante de Cordemex, cuando la veían pasar de prisa para tomar el camión que la llevaría al centro de la ciudad.

“Voy a Mérida”, contestaba la interrogada, anécdota que hoy recuerda entre sonrisas y que describe el sentir de quienes vivían en este lugar por los años 70.

Alejada e independiente de Mérida en aquel entonces, la nueva zona fue bautizada como Tapetes o Cordemex, y hasta hoy muy pocos le llaman por su nombre: Unidad Habitacional Revolución.

Hoy día la situación es distinta, los límites de ambos puntos se unieron, la ciudad compactó con los límites imaginarios, y de ser una colonia aislada y perdida pasó a convertirse en centro de un desarrollo comercial, turístico y de negocios.

La colonia cuenta con 1,268 casas y 6,340 habitantes, tomando a cinco personas por casa, en promedio