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Réquiem por nuestros bosques… «Colonia Yucatán»

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Réquiem por nuestros bosques… «Colonia Yucatán»

Réquiem por nuestros bosques…¨Colonia Yucatán¨

José Antonio Ramírez Pascual

Cual fina porcelana en mantel verdebosque
surgió desde la selva en la espesura
y fue tal su belleza y su blancura
que quien  la conoció, bien la recuerde.

Por su mágico encanto que se pierde
y ausencia de su selva, el alma llora,
si a la tenue neblina de la aurora,
al brillo matinal de la alborada
fue tarjeta postal de la rejoyada
cuajada en su esplendor de flora y fauna.

Arpegio de violín, grave y severo
y la burlona risa de maracas
fue el sonoro cantar de chachalacas
con fondo musical de aserradero.

Maderas de colores… maderero
Que tan solo el recuerdo hoy atesora,
jabín, rojo chakté, canaria mora,
vino tinto el tzalán, palo de rosa,
de encendido color fuerte y preciosa
que mansiones de gringos aún decora.

Contrastaba el verdor del bosquecillo
casitas de portal, salsa y alcoba
hechas de cedro rojo de caoba
y recio barandal de granillo.

Calles de guanacastle y pimientillo
fantasma del ayer que allí dimana
de esa imagen dormida sin mañana.
que vibro con un son tan tranquillano,
remedo de una feliz batey cubano
por las radio emisoras de La Habana.

Cruzó el caribe mar de la melodía
de Cuba hasta mi tierra tan lejana
y al soplo de la brisa campirana
tenía un olor a Dios la selva mía.

El canto de las aves ofrecía
un sublime homenaje a lo creado
y siempre contemplé maravillado
aquel místico edén, verde gigante
de tanta fauna y flora exuberante,
dominio del faisán y el venado.
La vida terminó en aquella tierra,
el fuego consumió su gloria ufana,
en silencio mortal duerme ¨la sierra ¨
cubierta entre malezas y sabanas.

Ya no despertará, no habrá una mañana
que reviva su imagen solitaria
porque una ley retrógrada, arbitraria
surgida de un sistema sin cordura
en páramos tornó la selva obscura,
y se fue la nefasta ley agraria.

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