Por José Luis Preciado.
Mucho cuidado con las promesas de campaña, en la reciente semana hemos escuchado que ambas candidatas a la alcaldía de Mérida, Angélica Araujo (PRI) y Beatriz Zavala (PAN) hicieron la promesa de resolver el sistema de transporte público; ambas se fueron por el populismo. Bajo el actual sistema resulta poco menos que imposible subsidiar el sistema bajando la tarifa de $3.50 a $2.50. Un radioescucha me llamó de inmediato al oír esta propuesta y dijo con conocimiento de causa: “Si con la actual tarifa de subsidio que es de 3.50 no nos dan parada ¿qué será con la de 2.50?” esta idea vino de Angélica Araujo, pero Beatriz Zavala no se quedó atrás, ella saltó al ruedo y también se fue por el aplauso y la reacción fácil, pues quiere un sistema paralelo de transporte que siendo municipal atienda a los estudiantes, tercera edad y discapacitados, ¡hágame usted el favor!…
¿Se imagina el gasto que hará el municipio para cubrir toda la ciudad? porque en todo Mérida hay escuelas, pero también es arriesgada la idea de segregar o estigmatizar a esos sectores con “el camión de los viejitos y estudiantes” versus el camión normal que vendría con clima, pero el del subsidio lo más probable es que no. En resumidas cuentas, hoy lo primero que deben de saber es que todo el sistema de transporte es manejado por el estado, de tal suerte que la primera acción es pedir que se les devuelva, cosa que se antoja imposible, aunque el Gobierno Estatal maneje este asunto con los patas, ya que actualmente nada le ha salido bien -con la credencialización hay enormes dudas-.
El transporte público es sólo uno de los muchos casos en los que debemos de aprender de errores pasados, y fijarnos en lo que han hecho otras grandes ciudades con el problema, lo han resuelto con buena intención política, sentando a la mesa a todos y buscando respuestas, no repartiendo culpas. Aquí lo que menos se ha hecho es eso. Aspirantes a la alcaldía de Mérida, la herida contra el usuario sigue abierta, cada jornada en la calle es un mal recuerdo para el ciudadano y futuro votante. Ellos saben cuál es el problema, hoy quieren solución. Me atrevo a pensar que casi todos saben que esa solución no viene desde el Ayuntamiento de Mérida. Además sólo gobernarán la ciudad dos años y dos meses…
