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Medios vs. transparencia, sin medios

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Medios vs. transparencia, sin medios

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Por Carmen Garay.

Con un programa atractivo, tanto por los temas como por los ponentes, la tarde del lunes 30 de noviembre en el Auditorio de la Universidad Modelo se antojaba por demás interesante. A Jenaro Villamil y Daniel Lizárraga, su fama les precede: egresados de la UNAM, reporteros de Proceso,  con sendas publicaciones de denuncia sobre el mal uso del poder y, como complemento, una mesa panel con destacados comunicadores locales.

Sin embargo, será por los exámenes ordinarios, las ventas prenavideñas, el horario cortado o el enorme auditorio, lo cierto es que el Foro Medios vs. Transparencia convocado por el Instituto Estatal de Acceso a la Información Pública (INAIP) fue poco concurrido. Apenas un centenar de personas hicieron patente su interés sobre el tema en una ciudad de casi un millón de habitantes. Pero la ausencia, el desdén más significativo, es el de los medios de comunicación electrónicos que, simplemente, brillaron por su ausencia.

Al inicio de la jornada el colega Daniel Lizárraga reconoció que el gremio periodístico de México tiene “serios problemas metodológicos, porque se relegan las hipótesis, la investigación bien estructurada.” Asimismo, explicó que el acceso a la información resulta infructuoso cuando los datos no se saben interpretar y cuando se carece de la visión para contar una historia acerca de lo que hacen los gobiernos con el dinero de todos. Su trabajo más reciente, “La Corrupción Azul”,  es un ejemplo categórico de cómo hilvanar los “simples datos contenidos en miles de facturas” para construir  una investigación bien estructurada y, en este caso, documentar el millonario dispendio de los procesos de transición presidencial panista.

Durante el panel de comunicadores locales, la destacada participación de la única mujer, Blanca Lilia Ibarra, Comisionada de la Comaip, recalcó el sensible rezago que tienen los medios de comunicación como solicitantes de información pública. En contraposición,  José Luis Preciado y Martiniano Alcocer fueron generosos en anécdotas, que sirvieron como vías de ejemplo para comprender que vivir del periodismo es también conciliar el interés del público, de las autoridades y de los propios dueños de los medios cuyo desdén al Foro,  confirmaría otra de las tesis: el poder fáctico de los medios, televisivos en particular, es hipersensible a la crítica.

Vaya que fueron criticados, pero antes que ellos, los gobernantes fanáticos del rating “al estilo Peña Nieto, como la señora Ivonne Ortega, gobernadora de Yucatán” dijo Jenaro Villamil como preámbulo a un recuento de cifras y eventos –memorables e irrepetibles; el periodista hizo cálculos someros, y redondeó en cientos de millones el dispendio escandaloso de recursos del erario de Yucatán para promover la imagen de la gobernadora y, sólo después, la imagen del estado.

Precisamente esas cifras “al vuelo”, hojeando documentos que no fueron claramente identificados, son las que hoy se reproducen a cuenta gotas en la prensa sin mencionar -ya que se trata de plasmar declaraciones-, que entre otras cosas, se reconoció una vez más a Jorge Esma Bazán como socio “histórico” de San Carlos Management, la empresa a quien se subcontrata para la organización de eventos con denominación “memorable e irrepetible”. Otra tesis se confirma entonces: la consulta de fuentes de primera mano, documentales, cede ante las declaraciones picantes, virulentas que, ciertas o no, nos evitan la tarea de realizar la consulta nosotros mismos. Villamil blandió documentos, y  su dicho se vuelve fuente.

La rúbrica que considero idónea para este recuento de las cosas que observé de principio a fin en la tarde del lunes, proviene del veterano Martiniano “el periodismo no es poder, es servicio”. Y servicio a la sociedad, aclaremos. Una sociedad que, según se concluyó, debe ser más participativa, más vigilante del ejercicio presupuestal para frenar el despilfarro festivo y electorero que, como hemos señalado en otro momento, tendrá manga ancha el año próximo por la vía de recursos federales.

Xix: José Luis Preciado tiene razón: hay que abrir los espacios, aprovechar nuevas tecnologías. Usted puede leerme porque él predica con el ejemplo y eso, es digno de reconocerse y agradecerse.

 

 

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