Por José Luis Preciado.

Alberto Reyes Carrillo “Tico” es el nuevo delegado del IMSS en Yucatán, llegó impuesto con las armas y la fuerza federal que acordonó toda la zona de la institución, imagen pocas veces vista para sentar a un representante federal; este mismo operativo incluyó la detención de un vendedor de armas en la Ceiba al norte de Mérida; es decir, el Ejército y la Policía federal igual pueden servir para perseguir al crimen organizado, para detener a un candidato en Quintana Roo o para instalar en su silla a un delegado. Lástima por Tico Reyes, les aseguro que él siendo como es, debe estar nervioso, incluso le habrá dicho al presidente “sabe qué, si es por fuerza mejor no quiero”, y le habrán contestado “ahora te vas a Mérida y tomas posesión a como dé lugar, no se saldrá con la suya esa Boni, ya nos planchó el PRI, al menos en lo federal pondremos a la gente que nosotros queramos”, como si los estuviera oyendo.

Y es que además todo lo que se platica se filtra no sólo en Presidencia y Gobernación, casi en todos lados, en este último caso (Gobernación), Gómez Mont mantiene una rivalidad política con el panista César Nava, no es su gallo, eso hace que sea más amigo de los priistas que de los panistas, aunque en esta situación la orden de instalar al delegado Reyes Carrilo llegó de arriba. La que no se salva es Lizbeth Brito, lideresa del IMSS, quien apostó por la política de manera pública y descarada y mandó al cadalso del desempleo a 14 de sus compañeros. En el IMSS ya se dividieron los bandos entre aquellos que quieren trabajar y los que andan en la grilla. Pobre IMSS, has caído bajo las patas de los políticos, tu destino se fragua en los odios y pasiones del poder, no desde la planeación o de la visión de salud pública como una prioridad del Estado mexicano. Eres un botín de guerra, consuelo de perdedores, refugio de vividores. El pronóstico es triste. Habrá que pedirle la opinión experta al Doctor House, o sin ir muy lejos, al Dr. Simi que es igual de malo, pero más barato.