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Estas ruinas que ves… y los muros invisibles

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Estas ruinas que ves… y los muros invisibles

muro-berlin

Por Carmen Garay.

Al conmemorarse la caída del Muro de Berlín hace dos décadas, se puede decir que es evidente que una persona que se encuentra en uno de los lados tiene una visión parcial de lo que acontece. Pero esta obviedad es prácticamente imperceptible si se trata de barreras inmateriales, ideológicas o culturales. Y si la persona en cuestión es un comunicador, lo que dice desde una determinada posición, en tanto acción voluntaria y consciente, tiene implicaciones éticas y deontológicas que ya no resultan tan obvias. También son políticas, pero debieran serlo como consecuencia y no desde su origen.

En la IV Semana de la Radio y la Televisión, realizada en el Instituto Tecnológico de Mérida, la comunidad estudiantil  puso el dedo en la llaga; sin la consabida veneración de los estudiantes de periodismo y comunicación hacia los comunicadores profesionales –líderes de opinión, aseguran algunos-, un auditorio compuesto en su mayoría de futuros ingenieros y administradores lanzó sin tapujos preguntas obvias, pero sumamente reveladoras: ¿Por qué dicen que no hay libertad de expresión? ¿Por qué alaban al PRI? ¿Por qué le temen al gobierno? Y, para rematar, ¿por qué no les importa lo que dice la gente de verdad?

Entonces, vinieron a mi mente las auténticas arengas de mi maestro Rafael Rodríguez en Reportaje  “deben estar conscientes que, a partir de ahora, esta es su religión y les prohíbe privilegiar sólo una fuente, les prohíbe usar calificativos en una nota, les prohíbe hacer proselitismo o hacer pública su preferencia política ¿están conscientes?  A cambio serán libres para que, llegado el momento, puedan hacer uso de los géneros reservados para quienes pueden anteponer el interés social al suyo y opinar.”

Mientras pisaba por primera vez las aulas de mi carrera en la UNAM, se cayó el muro de Berlín. Era increíble, imposible, y pasó. Ahora, me pregunto hacia dónde deben enfilarse los martillos y de qué deben ser. Creo firmemente que sólo la honestidad, el conocimiento, el respeto y la voluntad crean un material lo suficientemente duro para que caigan las barreras ideológicas, las visiones partidistas, que el periodista en los medios pueda observar en forma panorámica la realidad y entonces romper el silencio. 

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