Por Carmen Garay
Para rendir honor a los usos y costumbres del PRI, los suspirantes a la Alcaldía de Mérida cierran filas y acatan el dedazo que marcó a Angélica Araujo desdendenantes. Pero si analizamos tan sólo uno de los «elocuentes» párrafos del comunicado de prensa dado a conocer esta tarde de miércoles, salen de entrelíneas aspectos que deben poner a todos los meridanos, priístas o no, a pensar. Entre paréntesis, algunas connotaciones posibles.
«Creemos (no estamos seguros) que Angélica es la priísta que en este momento (quién sabe en enero, a la hora del registro oficial) reúne las características que los ciudadanos quieren (no las que necesitan) para el gobierno de su ciudad (una joya la luce mejor una mujer). Ella tiene la capacidad profesional y humana para encabezar un gobierno (encabezar no es sinónimo de gobernar) de puertas abiertas, sensible y cercano a la gente (le puede «ganar el género» y llorar, y llorar, y llorar). Nosotros nos pronunciamos (RAE: articulamos sonidos) a favor de su pre-candidatura y nos unimos en una lucha positiva, con propuestas (que harán otros y ella leerá como sucedió con la Ley de Vivienda), con sueños (en algún momento debemos usar esta palabra) y con una visión de largo plazo (tan largo como su cumplimiento del mandato de diputada federal que abandona ni siquiera a la mitad).»
Pero el principal referente para ponderar la inminente candidatura de Angélica Araujo, debe ser su trabajo: el encargo público del Instituto de Vivienda, que dejó para ser Diputada, así como la Diputación Federal que abandonará para contender por la Alcaldía. A todas luces, el compromiso no es con la ciudadanía, ni es tan consistente si vemos que en todo un periodo ordinario de sesiones (al parecer, el único que «representará» a los yucatecos del III Distrito Electoral Federal de Mérida, en el cual vivo), hizo uso de la tribuna tan sólo dos ocasiones:
La primera, para presentar por cuenta propia, la iniciativa de una Ley General de la Juventud. La segunda, para promover modificaciones a la Ley de Vivienda, que suscribieron todos los Diputados priístas de Yucatán. Con todo y eso, la productividad legislativa de Angélica Araujo duplica la de la panista María Yolanda Valencia Vales, que tiene en su haber UNA iniciativa para reinstalar la Comisión Especial para dar seguimiento a las agresiones a periodistas y medios de comunicación, la cual ya preside. Dato curioso: ¿quién se sumó públicamente a dicha iniciativa? Rolando Zapata. ¡Está en todo!
