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“¡Soy scout y no me rajo!”

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“¡Soy scout y no me rajo!”

Por Alejandro Pulido Cayón

Despuntó el sol. Animados, con el desvelo y el cansancio de horas de trabajo, los jóvenes aún cantaban. Habían superado varias pruebas a lo largo de la noche. Sus voces inquebrantables les infundían ánimo. ¡Dale! ¡Que falta poco!, se repetían. Lo mismo mujeres que hombres jalaban parejo. Poco antes de la media noche de este sábado, los participantes del Rally Nocturno de la Semana Scout 2016 tocaron base en diferentes puntos de la ciudad, donde sometieron a escrutinio sus habilidades y también prestaron invaluables servicios sociales. Admirables.

scoutEsta vez, disfrazados como personajes de sagas de terror y de monstruos, los escultistas de la Provincia Yucatán arrancaron las actividades conmemorativas de la Sema Scout con una actividad que se prolongó de las 23 horas del viernes hasta el amanecer del sábado. Bajo el lema “90 años de servicio”, integrantes de los diferentes clanes formaron 32 grupos que compitieron en el rally temático sobre los siete pecados capitales, en referencia a la cinta “7even” (protagonizada por Bratt Pitt, MMorgan Freeman y Kevin Spacey).

Mestizas asesinas, momias, jigsaws, fantasmas, personajes prófugos de la mente de Tim Burton, tenebrosos teletubies, conejitas zombies de playboy, entre otras linduras de la imaginería gore y no tanto, desfilaron a los largo de la madrugada de este fin de semana por ocho bases, donde fueron retados a concluir diferentes tareas. Agotados los siete pecados, agregaron uno más: El mal scout.

Ubicada en un jardín de niños de San Antonio Xluch, en esta última base adicional los participantes debían prestar un servicio social para los pequeños que asisten a ese plantel educativo. Con recursos propios, los escultistas pintaron el enrejado de la escuela y limpiaron de escombros una zona del patio de recreo. Al paso de las horas, lo que era una malla gris, sosa y sin vida, se transformó en una colorida escena que dio nueva vida al sitio. Pareciera poco, sin embargo, esa actitud de entrega a la sociedad es una de las características más apreciables de los Scouts.

Y es que si alguna verdad impera en la mística de la organización fundada por Baden-Powell, es que muchos entran a los Scouts, pero a pocos les entra la esencia altruista del ser Scout. Esta vez, la ayuda altruista llegó a una escuela, lo que refrenda el trabajo en favor de la sociedad que es una constante que les ha caracterizado como agrupación de alcance mundial. Recordemos, para muestra, la decidida ayuda que los jóvenes –y no tan jóvenes- prestaron durante las catástrofes naturales del terremoto en la Ciudad de México en 1985 y el huracán Gilberto en 1988.

Este fin de semana, cuando la luz del alba despertaba a todos en el sur de Mérida, con el cansancio de una intensa noche a cuestas, el vigor de las y los participantes del Rally permanecía mientras concluían el remozamiento de la reja del jardín de niños. Dieron de sí lo mejor, y estoy cierto que responderán al próximo llamado a servicio. A eso decidieron entregar su ímpetu, digo.

Terminada la transformación del recinto, pese al agotamiento propio del trabajo nocturno, una chica de nombre Cesareli, quien fue responsable de atender esa base del Rally, sonreía con la entereza de saberse con el deber cumplido: “¡Soy scout y no me rajo!”, aseguró con firmeza momentos antes de ser arrebatada por Morfeo. Ahí les dejo esas palabras. Es cuanto les cuento.

En Twitter: @alexpulidocayon

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