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Robo de órganos y recortes presupuestales en seguridad

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Robo de órganos y recortes presupuestales en seguridad

República de las Bananas
Por Eduardo Lliteras Sentíes
El procurador de Quintana Roo, Bello Rodríguez Carrillo, nos dijo que la tráfico de órganos se ha convertido en un problema que preocupa a los procuradores del país, si bien aseguró que en la península de Yucatán dicho delito no es frecuente.
Afirmó, durante la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia, que se extirpan órganos a personas con engaños y que el modus operandi en ocasiones es la promesa de un trabajo, que resulta falso, y es utilizado como gancho para atraer a la víctima.
Cabe señalar que según informaciones provenientes de Estados Unidos, para la mayoría de las miles de personas en ese país que necesitan un riñón nuevo, sólo hay una alternativa: persuadir a alguien a que le done uno o inscribirse en la lista de espera de trasplantes.
Pero algunos neoyorquinos bien relacionados y con dinero de sobra acuden a una tercera opción: comprar un riñón.
Expertos y autoridades policiales dicen que pueden ser centenares o miles las personas, que «venden voluntariamente» sus riñones a pacientes acaudalados fuera de la ley.
Por supuesto que existe también un mercado negro de tráfico de órganos en el vecino del norte, del que evidentemente poco se sabe, aunque es claro que las mafias acuden a toda clase de artimañas para obtener un riñón o cualquier otro órgano de una persona sana. Las revelaciones de que el crimen organizado en México está robando también órganos es un dato inquietante en dicho sentido.
Más preocupante es saber que los recursos destinados al combate a la delincuencia han sido recortados, como también explicó el procurador de Quintana Roo. Hacienda no entregará los 12 millones destinados a cada Estado para adquirir equipos para intervenir y rastrear llamadas telefónicas entre otros equipos para combatir la extorsión y el secuestro. Así las cosas en México. Hay que cambiar estrategia en la guerra a la delincuencia; menos balazos en las calles de tipo propagandístico y más  inversión en inteligencia y capacitación de las policías. El ejército a los cuarteles.
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