Por José Luis Preciado
Con la muerte de la Doña Sara Mena, se acaba una era de cariñosos regaños de «la mama de los panistas», quien aprovechaba cada ocasión para jalar orejas y poner orden moral a los integrantes de un partido político que en Yucatán encontró buena acogida gracias a la figura de su esposo Víctor Manuel Correa Rachó, pero los herederos ya no son los mismos, atrás quedó una era de lucha desde la oposición más arrinconada por el PRI, hoy los panistas se comen a los panistas, decía Raúl Paz, su presidente estatal, que cuadro por cuadro los panistas presentan buenos jugadores y que sólo les falta la alienación, Paz se refiere a los que aspiran al 2018, Mauricio Vila a la Gubernatura, a una diputación federal o senaduría; Joaquín Díaz Mena, Renán Barrera, Raúl Paz, Cecilia Patrón a la alcaldía de Mérida y otros nombres más que suenan; el que solito se pegó un tiro en el pie fue el senador Daniel Ávila quien la regó ante todos, al ponerse como ejemplo de pulcritud y decir que los demás están contaminados con «los moches», incluso se le fue al cuello a su presidente Raúl Paz, a quien llamó «lacayo» del gobernador. Mientras los panistas se coman a los panistas, el PRI se lima las uñas y se dice dispuesto a cambiar a su equipo local, Carlos Pavón no da para más.
Adiós a la mama de los panistas, Sara Mena, le hará mucha falta al partido, alguien que los regañe, pero más que jalar las orejas, a los panistas hay que exigirles que dejen atrás sus ambiciones personales y se conviertan en una verdadera opción de cambio y no ese partido rufián donde Calderón y Zavala quieren volver al poder y Martha y Fox los detestan, «vomito a cualquiera que meta a la familia al negocio», en clara referencia la pretensión de Margarita Zavala de Calderón de ser candidata del PAN a la presidencia de la república.
Aquí en Yucatán los Patrón han sido factor de rencor azul, Patricio Patrón el ex gobernador tira piedras y esconde la mano, aglutina a un grupo de rebeldes sin causa que hace más daño que bien. Esa era una de las muchas críticas veladas, nalgaditas de doña Sara Mena, eso es lo que extrañarán los panistas, un faro moral se apagó.
