Por José Luis Preciado
Antes hermanos, familia, amigos…hoy enemigos jurados por culpa del pepino de mar; unos defienden las vedas, otros, quizás por precariedad económica, depredan la actividad y la han convertido en un oficio violento y hasta criminal, todos estos, pescadores de la costa oriente de Yucatán, están en manos de los grandes mafias que son los verdaderos delincuentes, ellos desde la oscuridad dictan precios, normas y deciden la vida de los demás.
Los otrora bucólicos puertecitos de Yucatán, se han convertido en sitios donde vivir y trabajar es una odisea, esto sin considerar la de por sí peligrosa actividad pesquera, sumergirse a profundidades peligrosas, allí donde muchos terminan en una cámara hiperbárica o de plano mueren, otros riesgos relacionados con el clima y ahora hasta con las armas y autoridades.
Siempre hemos criticado la pésima labor de Conapesca, instancia federal que desde Mazatlán que regula la actividad pesquera por su labor distante y absurda, ajena a los problemas en todas las costas del país, mientras que localmente tampoco van más allá en la decisión de ordenar la actividad, es increíble que sigamos contando muertos y no aciertos.
Se sabe que la actividad pesquera ya esta muy traficada, pero no se ven accione sería para mandar y propiciar una sana actividad.
Hoy se piden:
Piden la inmediata intervención del gobierno federal y estatal en los conflictos pesqueros generados por el pepino de mar, allá en la costa hay graves problemas y no se puede voltear a otro lado dijo a Fórmula el diputado federal Joaquín Díaz Mena. No son buenos tiempos los que corren para el sector pesquero, y sería un error abrir temporada de captura, la especie pepino de mar ya esta depredada al máximo. Ello mientras la SSP va con todo, sin margen de tolerancia.