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Piden votar «no» a cultivos transgénicos de la Monsanto

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Piden votar «no» a cultivos transgénicos de la Monsanto

La Monsanto versus las poblaciones indígenas de la Península de Yucatán, mientras el Gobierno del Estado de Campeche Yucatán y Quintana Roo, la Seduma Yucatán, la Sagarpa y Semarnat, guardan silencio.

Gustavo Huchín Cauich es un apicultor indígena de Hopelchén, Campeche, que está luchando por salvar el modo de vida de su comunidad frente a la empresa trasnacional Monsanto, la que pretende sembrar soya transgénica, entre otros cultivos transgénicos en su comunidad, lo que se traduciría en la destrucción de sus ancestrales formas de vida y en la aniquilación de la producción de miel no sólo en dicha zona de Campeche, sino en Yucatán. La miel de la Península es muy apreciada en el extranjero por su calidad.

La Suprema Corte está a punto de decidir si permitir o no que esta empresa siembre soya transgénica en la comunidad de Holpechén, lo cual acabaría con las abejas que son el sustento de la comunidad indígena de Gustavo.

En Change.org se ha iniciado una petición a la Suprema Corte de Justicia para que detengan la aniquilación de las formas de vida de los mayas, utilizadas, por ejemplo, como propaganda en el FicMaya (Festival Internacional de la Cultura Maya 2015), mientras los mayas auténticos sufren miseria y riesgo de aniquilación ¿Le ayudas a Gustavo firmando y difundiendo su petición? ¡Queda poco tiempo!

AQUÍ LA CARTA:

Mi nombre es Gustavo Huchín Cauich y soy apicultor maya del municipio de Hopelchén en el estado de Campeche. Estoy muy preocupado porque en los próximos días la Suprema Corte va a decidir si autorizar o no a Monsanto la siembra de soya transgénica en mi comunidad. Si esto sucede, puede acabar con nuestro modo de vida y nuestro sustento.

abejasHace apenas 18 meses, hombres y mujeres apicultoras de la Península de Yucatán logramos una histórica victoria sobre Monsanto y su aliada SAGAPA cuando jueces federales nos otorgaron la razón, cancelando el permiso para la siembra de soya transgénica en nuestro territorio.

Sin embargo, la empresa y el gobierno federal, impugnaron este fallo, y el proceso legal fue atraído por la Suprema Corte de Justicia de la Nación la cual va a resolver definitivamente en los próximos días.

La siembra de soya transgénica afecta la apicultura, una práctica histórica y tradicional del pueblo maya y viola el derecho a un medioambiente sano, por el uso excesivo de plaguicidas y la deforestación que implica. Actualmente ya son miles de hectáreas de selva que han sido deforestadas para establecer este cultivo. Nuestra selva, que es la última del país.

Además, la siembra de soya transgénica requiere del uso de un herbicida llamado Glifosato, clasificado en 2015 como probablemente cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud, además de ser dañino para las abejas y fuente de contaminación del subsuelo. En este año, hemos sido testigos de cómo los productores de soya, en su mayoría grandes agroempresarios ajenos a la región, han aumentado las fumigaciones de plaguicidas con avioneta, poniendo en gran riesgo la salud de la población y de las abejas, que son nuestra principal fuente de ingresos.

Ayúdanos con tu firma y difundiendo esta petición para que la SCJN cancele definitivamente los permisos que SAGARPA otorgó a Monsanto para siembra de soya transgénica, que podrían terminar con nuestro modo de vida.

La apicultura y la meliponicultura son actividades ancestrales y tradicionales del pueblo maya. En los tres estados que conforman la Península de Yucatán hay más de 15,000 familias mayas dedicadas a esta actividad. La apicultura se sustenta en la gran riqueza cultural y ambiental de la selva y las comunidades mayas, formado un círculo virtuoso que permite a la población obtener un ingreso económico importante, así como la conservación de la biodiversidad. Este círculo virtuoso se ve hoy amenazado por el permiso que las autoridades mexicanas, como la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Alimentación y Pesca (SAGARPA) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), han expedido a favor de la empresa Monsanto para la siembra de soya genéticamente modificada en 253,000 hectáreas en la Península de Yucatán, la Planicie Huasteca y Chiapas. En la Península de Yucatán, el permiso afectaría a más de 15,000 familias campesinas de origen indígena maya que viven de la apicultura, una actividad económica sustentable.

La siembra de esta soya transgénica implica el uso del herbicida Glifosato, clasificado en 2015, como probablemente cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud. Con la siembra de soya transgénica se ha presentado un proceso de deforestación acelerada de la última selva mexicana, así como la contaminación del subsuelo y las aguas por el uso de glifosato, única fuente de agua de que dispone la Península de Yucatán. Expertos mundiales han mostrado que la siembra de soya transgénica en otros países ha traído como consecuencia la concentración de la tierra, la pérdida de empleos, daños a la salud, la deforestación y desertificación de bosques y selvas, generando nulos beneficios a los campesinos y grandes ganancias a empresas como Monsanto. No en balde son cada vez más los países que prohíben la siembra de transgénicos en su territorio.

A pesar de las múltiples y graves consecuencias e impactos de la soya transgénica sobre las comunidades y las/los apicultores mayas y su patrimonio biocultural, nunca hubo una consulta libre, previa e informada, a través de la cuál pudieran decidir sobre el modelo de desarrollo agrícola que deseaban seguir. Esta omisión es una violación a los derechos indígenas, en particular del derecho a la consulta libre, previa e informada. Tampoco se hizo efectivo el principio precautorio, que obliga a priorizar el medioambiente y la salud por encima de tecnologías que no se haya demostrado que no causan efectos nocivos para la biodiversidad o la salud humana.

Ante estas y otras violaciones a Derechos, la Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene la oportunidad de confirmar las sentencias que Jueces de Distrito de Campeche y Yucatán otorgaron a favor de comunidades y asociaciones de apicultores mayas por violarse su derecho a la consulta y el principio precautorio, cancelar definitivamente el permiso otorgado por la SAGARPA a la empresa Monsanto SA de CV para la siembra comercial de soya transgénica en México y generar criterios novedosos en materia de consulta, libre previa e informada, así como de protección al patrimonio biocultural.

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