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Lucharán en terrenos virtuales

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Lucharán en terrenos virtuales

A lo largo de los tres lustros de este siglo, cada vez ha sido más destacado el papel -valga la ironía- de las plataformas digitales en tiempos de contienda política.

Por Alejandro Pulido Cayón

Estamos de frente al inicio de las campañas electorales. A lo largo de las últimas seis semanas, los más de 900 candidatos inscritos a diferentes cargos, tuvieron la oportunidad de afinar estrategias, fortalecer sus cuadros, operar política y mediáticamente. Vamos, que se dedicaron a juntar piedritas para lanzarlas en el mejor momento. Será el próximo Domingo Santo cuando empiecen los catorrazos, dicen los que saben.
La naturaleza misma de los medios de comunicación tradicionales, obliga a las mesas de redacción a ser altamente selectivas con las notas que manejarán, máxime cuando las reglas del juego apuntan a buscar un equilibrio informativo, que haya equidad entre los contendientes, pues. A lo anterior, sumemos el hecho que los espacios estarán muy limitados, y por ello, disputados.
A lo largo de los tres lustros de este siglo, cada vez ha sido más destacado el papel -valga la ironía- de las plataformas digitales en tiempos de contienda política. Lo que en una plana o sección del periódico no cabe o lo que el apretujado tiempo de un noticiero no abarca, bien puede acomodarse en cualquiera de las redes sociales existentes, y con alta eficacia propagandística. Nada nuevo, dirán, y sin embargo… Es justo ahí donde ya se reflejan los primeros golpeteos.
Si en algo han demostrado su eficiencia las hordas panistas, es en la elaboración de mensajes para «contrastar» a sus candidatos versus los principales oponentes, léase para este caso: los priistas. Incluso antes de que las Campañas 2.0 sentaran su reales, en el PAN yucateco hacían propaganda con calcomanías del «No retorno» y reforzaban su estrategia con el discurso cara a cara. También, hay que reconocerlo, tienen una increíble capacidad para victimizarse y sacar raja mediática. Sobre todo hoy, que cuentan con terabytes y más terabytes para hacer lo suyo.
Y es que pareciera que las redes sociales son territorio de nadie. Sitio donde la libertad de expresión se da codazos con la burda infamia, el descrédito gratuito y demás linduras antiperiodísticas. Son terreno fértil para toda clase de ataques, diatribas y hasta panegíricos. Bien se sabe que la prensa escrita, así como la radio y la televisión, constituyen la fuerza aérea en este tipo de contiendas, pero hoy las plataformas digitales serán los cuerpos de élite, la zona de minas a sortear con la opinión pública.
Las huestes del PRI, comprobado en la historia reciente, apuestan a una maquinaria por tierra bien lubricada, que obedece a una especie de verticalidad marcial. No obstante, esta vez a la movilización territorial habrá de acompañarle una táctica que permita a sus candidatos esquivar tuitazos, youtubazos, feisbukazos, vamos, incluso habrán de prepararse contra escritos delirantes de algunos osados bloggers, expertos en hacerse virales.
Lo cierto es que con toda la fiscalización que habrá por parte del Instituto Nacional Electoral y del Iepac, los estrategas de cada partido político enfrentarán interesantes retos comunicacionales, ahora sí que mostrarán de qué están hechos o sacarán el cobre, simple y llanamente. Si no, pregúntenle a Montana por el fuego amigo, tan caro para la unidad y paz de los blanquiazules.

En Twitter: @alexpulidocayon

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