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La música en mí

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La música en mí

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Por Alejandro Pulido Cayón

Mérida, Yucatán, a 20 de agosto de 2011.- Comunica de forma universal. Su lenguaje son las emociones. Está comprobado que a través de ella nos volvemos mejores personas; y los niños y niñas, sobre todo, alcanzan nuevos horizontes de humanidad y superación. Su majestad la Música logra eso y más, y más cuando el objetivo es el desarrollo del individuo en comunidades marginadas, como lo hacen los miembros de Educarte.

En torno a este proyecto, impulsado desde hace cinco años por Sonia Galán Samper y Juan José Pastor Llorens, se han unido voluntades con el primordial fin de ofrecerles a niños y niñas herramientas artísticas para el desarrollo de su personalidad. Los resultados son palpables. Tanto así que personajes de la talla de Alberto Vázquez y Armando Manzanero decidieron apoyar el proyecto.

Lleno de esa juventud que linda con la madurez, Juanjo –como le llaman sus amigos- narra sorprendido el origen de la feliz coincidencia que tuvo con el ícono del rock&roll en México: “Subimos un video promocional de nuestro trabajo a Youtube, y de pronto nos llega un mensaje de un tal Alberto Vázquez; estaba interesado en lo que habíamos conseguido con los niños, y nos ofrecía todo su apoyo”.

Resultó, en efecto, que el intérprete de “16 toneladas” estaba dispuesto a sumarse a la propuesta y promoverla para que se mantenga viva. Surgió entonces la composición del tema “La música en mí”, interpretado por Vázquez y los niños a quienes Educarte ha enseñado solfeo, canto e instrumentos. Actualmente son 63 los niños y niñas que reciben instrucción en la colonia El Roble Agrícola, zona de alta marginalidad en el sur de Mérida.

Juanjo Pastor ejecuta el corno francés en la Orquesta Sinfónica de Yucatán (OSY), mientras que Sonia, su esposa, es licenciada en educación infantil. La unión de ambos talentos los llevó a plantearse nuevas metas, de tal manera que crearon la escuela Musicalia, donde pusieron en práctica Educarte.

Originalmente, fueron auspiciados por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid), cuyos recursos se invirtieron durante los primeros dos años de trabajo. Con ese primer impulso atendieron a 620 niños y niñas en las colonias Emiliano Zapata Sur y El Roble Agrícola de Mérida, y en las comunidades rurales de San Antonio Dzodzil, Cepeda, Yaxcopoil, Maxcanú y Samahil.

Entre los beneficios de la exposición temprana a la música y las artes, explicó Juanjo, se consigue una mayor integración del menor con su entorno, la socialización se da con más naturalidad, y eso deriva en una formación humana integral.

Agotados los recursos internacionales, buscaron otras fuentes de financiamiento para darle continuidad al trabajo; de esa manera, obtuvieron respaldo de Conaculta, aunque en mucha menor cuantía que lo otorgado por la Aecid. Por ello la necesidad de disminuir la cantidad de participantes.

Convencidos de que la música transforma vidas, los fundadores de Educarte han creado una sinergia que involucra a numerosos artistas radicados en Yucatán, entre quienes se cuentan la promotora cultural Paula Haro y el documentalista Lorenzo Haggerman; el compositor Alejandro Subirats; los músicos Javier Álvarez, Humberto Casanova, Elías Puc, Juan Bautista Silla y Pancho Monteverde, por citar algunos. En complicidad, todos aportan sus dones contribuyendo al sano crecimiento de los niños y niñas que, de otra manera, percibirían limitadas aspiraciones.

“La música en mí” es una canción de aliento, un pequeño himno de paz engrandecido con las voces de los niños y niñas que le infunden vitalidad; el contraste de Alberto Vázquez en la voz principal, hacen de ella una pieza de lo más disfrutable, alentadora, de esperanza. Para redondear la idea, Alberto grabó un videoclip de ese tema, que servirá como material de promoción para crear un patronato, y con ello garantizar la continuidad y ampliación del proyecto.

El tema puede ser descargado vía internet desde iTunes, a un costo mínimo de 12 pesos. Los recursos que se recauden, serán para dar continuidad al proyecto.

Educarte, en contraste con otras ofertas institucionales, parte de la sociedad sin otro propósito que la filantropía. Despacio, pero a ritmo sostenido, sus notas resuenan en los aires del Mayab.

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