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Inaceptables más muertes en el centro histórico a manos de camioneros

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Inaceptables más muertes en el centro histórico a manos de camioneros

Eduardo Lliteras Sentíes

Inaceptables más muertes en el centro histórico a manos de camioneros; intolerable más muertes

¿Quién no ha tenido que correr de un autobús en el centro a la hora de cruzar una calle? ¿Salir huyendo, literalmente, de la trayectoria enloquecida de algún conductor de cualquier empresa? Los mismos conductores de autos se enfrentan a la locura y agresividad de los choferes del transporte público, locos por el calor, los malos salarios o lo que usted quiera y mande. Los turistas, esos invitados a gozar de las inclemencias del centro, corren aterrorizados ante la muestra evidente de salvajismo del trópico yucateco para salvar sus pellejos en los cruceros. Da pena ajena, señores funcionarios.
Los camiones en el centro de la ciudad son conducidos con una irresponsabilidad que es escandalosa. Los muertos, en manos de camioneros locos, enfermos, estresados, mal pagados o drogados es inaceptable. Las víctimas son demasiadas, con excesiva frecuencia. El día de ayer murieron dos personas en hechos distintos que involucraron a unidades del transporte público.
En una, falleció un mecánico, de nombre Raúl, al “encenderse sola la unidad” que estaba reparando en plena calle. El camión lo aplastó. Todo sucedió en la calle 132 por 67 en Xoclán en cuestión de segundos, como reportó oportunamente nuestro compañero Héctor Moreno de Radio Fórmula.
El otro incidente terrible tuvo lugar en la noche, frente al bar “Toma Dos”, en los cruces de las calles 67 con 62, cerca del parque de San Juan.
Un chofer conducía como loco, de forma imprudente, como es costumbre en el centro de la ciudad.
Al dar la vuelta a exceso de velocidad atropelló y mató a una joven madre (heroína auténtica) que salvó a su hija de escasos tres años de edad arrojándola fuera de la trayectoria del camión.
Esta es una escena que, con sus variaciones, se repite incesantemente en el centro sin que las autoridades sean capaces de ponerle freno. Y esto también es inaceptable.
Las muertes por atropellados del transporte público es ya un escándalo en Yucatán. Es injustificable. Intolerable. El centro es una pista de carreras para los camiones, los que además se estacionan por doquier o en doble fila provocando caos y desorden.
Si como se dice y se anuncia, se quieren traer más turistas a Mérida, por el transporte público hay que empezar. El centro no puede ser un campo santo de ciudadanos aplastados por camiones convertidos en auténticas chatarras rodantes. Ni tampoco un gigantesco estacionamiento de unidades, incluidas las del FUTV.
Si Mérida y sus autoridades, estatales, municipales, no logran cambiar esto, jamás será la meta soñada por empresarios de más turistas.
Transformar la inercia del centro histórico es la conditio sine qua non para transformar dicha zona de la ciudad, que requiere limpieza, rescate de fachadas y edificios en ruinas. Por no hablar de los apagones que ahora están asolando a Mérida.
E insisto. No se pueden aceptar más muertes en el centro de la ciudad a manos de choferes del transporte público. Es inaceptable e injustificable. Y los responsables no son sólo los choferes, sino los propietarios de rutas de transporte y las autoridades, por supuesto.

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