Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

El Chapo y su película

Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

El Chapo y su película

La recaptura del Chapo Guzmán me produce sentimientos encontrados. Qué mala onda, por un lado, que sus deseos de hacer su propia biopic haya sido la clave para atraparlo: el hombre sólo quería figurar en la pantalla grande, inaugurar un subgénero del cine de narco, y tómala, que le cae la chota con toda la tiranía. No hay respeto por quienes incursionan en el séptimo arte. En contraste, me siento más feliz y seguro, pues gracias a tal hazaña se me olvida que el dólar llegó a los 18 pesos, cayó la bolsa 2.47 por ciento, el petróleo se vende a 24 dólares por barril y que el mundo es y será una porquería. Una cortina de humo, pues.

IMG-20160108-WA0004Algo más íntimo, que me hiere directamente el orgullo profesional, es que Sean Penn y Kate Del Castillo se la hayan jugado de reporteros para entrevistarlo en octubre del año pasado, justo cuando estaba prófugo. No se vale. Cuánta mala leche de los actores que se meten al periodismo, es la barbarie.

Más que nada porque, hasta eso, le salió bien el artículo al histrión. El texto publicado en la revista Rolling Stone, a decir verdad, nada le pide al que hiciera Julio Scherer García sobre El Mayo Zambada. Claro, don Julio tenía todas las credenciales habidas y por haber, por ello enfada que un diletante se le ponga al tú por tú con la mafia mexicana. ¿A dónde vamos a llegar?

Otro asunto que inquieta sobre esta noticia, es que nadie se la cree; lo cual contribuye al choque de emociones. Resulta que primero nos quejamos a rabiar por su fuga. De eso, había quienes elogiaban las dotes de ingeniero del capo, mientras que otros hacían puré a los ineptos del gobierno que permitieron tal escape al estilo Clint Eastwood. Ahora que lo pusieron otra vez tras las rejas, tenemos que renegar y decirnos que eso resulta increíble, imposible e impensable, ¿cómo va a ser que lo atrapen justo en medio de una crisis económica mundial? Se nota que las autoridades mexicanas desconocen el “timming” correcto para hacer cumplir la justicia. Miré usted nomás, así no se juega con el pueblo.

Ya montados en el tren del mame, dudo un poco de los convincentes y sesudos análisis que apuntan al hecho de que se trató de una detención pactada. Que sí, dicen los que saben desde Washington, la recaptura de Joaquín Guzmán Loera se debió a un acuerdo chido con el mero mero de Los Pinos. La piedra de toque para tal argumento, es que lo atraparon como al Tigre de Santa Julia en el traspatio de su zona de confort, allá por Los Mochis, Sinaloa.

Aseguran los eruditos de las conspiraciones y complots, que no es de bandidos esconderse en su terruño, y menos de autoridades sapientes el buscarlos por ahí. Además, ¿qué es eso de la cooperación internacional entre agencias antidrogas? ¡Gringos go home! Todo eso huele a sospechosismo de la más rancia cosecha. Habrá de ser desconfiado uno.

Después de considerarlo profundamente, pienso que –a final de cuentas- hemos perdido la oportunidad de ver brillar a un productor fílmico en cines. Quién sabe si la anunciada película sobre la vida del Chapo Guzmán en sus propias palabras llegue alguna vez a cartelera. Por lo pronto, la Procuraduría General de la República ya le tiró netas a Kate Del Castillo, que la van a investigar por andar de apologista del crimen y participar en proyectos descabellados y entrevistas a prófugos de la justicia. Es cuanto les cuento.

En Twitter: @alexpulidocayon

Facebook
Twitter
LinkedIn