México, D.F., a 11 de agosto de 2010.- No es su forma de hablar ni su vestuario. Tampoco sus rasgos físicos. Lo que de inmediato identifica a un puñado de yucatecos en la capital del país es, su majestad, el chile habanero.

Lo traen en fresco, en salsas y en polvo. Multicolores, los hay verdes, amarillos, rojos y naranjas. Con ellos en la mano, todos miran con respeto al más picante de los chiles comestibles. En el aeropuerto, en la avenida Reforma y en el hotel Melia, el chile habanero se convirtió este día en el símbolo de un movimiento ciudadano.

Unos 50 representantes de medios de comunicación se congregan en el hotel Melia, atraídos por la singular delegación yucateca integrada por investigadores, productores, industriales, empresarios y prestadores de servicios.

Impulsor de la idea de certificar la denominación de origen del picante que es símbolo cultural y de identidad de Yucatán, el empresario Armando Palma Peniche, presidente de Promotora Agroindustrial de Yucatán (Padysa), explica a los comunicadores:

“Lo que empezó como una idea, educar para producir, se transformó en un movimiento social que busca soluciones a los principales retos de la pobreza. Nos queda claro que sólo la sociedad se puede hacer cargo de esta tarea y que la función de los gobiernos es coadyuvar con el esfuerzo ciudadano”.

Armando Palma recalcó que la lucha por conseguir la denominación de origen del chile habanero es un claro ejemplo de un movimiento social ajeno a los pensamientos y estructuras partidistas y religiosas, con un solo objetivo: ayudar al prójimo.

“Cuando uno va al confesionario dice he matado, he fornicado, he mentido o he robado. Nadie dice “confieso que no he ayudado a mi prójimo”.

Hombre de empresa, uno de los constructores más prominentes de Yucatán y del Sureste, el Ing. Palma Peniche invita a los medios de comunicación a difundir un mensaje: “México necesita en estos momentos de un movimiento que mueva corazones, que fomente en cada uno de nosotros la pasión por ayudar a los que menos tienen”.

-El problema de muchos políticos y muchos hombres de dinero es que creen que ellos son su puesto y su dinero. Con ese pensamiento, pronto pierden la cabeza, se marean y empiezan a trabajar para ellos, no para ayudar al prójimo.La riqueza, al fin y al cabo, es sólo una herramienta de trabajo, no te llevas nada, nada es tuyo”.

Presente en la conferencia, el presidente de la Confederación Agronómica de México, Cruz Alberto Uc Hernández, relata que al festejar la denominación de origen, también es necesario recordar que, en ese proceso, la sociedad civil se enfrentó a los errores gubernamentales:

-Un trámite que debe durar a lo máximo dos años, se alargó diez años por una mala alineación de las políticas públicas, que tuvieron su máxima expresión en el excesivo burocratismo, la falta de apoyos y de interés de los servidores públicos. Pero gracias al tesón de los productores, industriales e investigadores, el resultado nos deja una gran pregunta: ¿qué debemos cambiar? –puntualizó Uc Hernández.

El presidente de la Fundación Produce Yucatán, Pedro Cabrera Quijano, expuso que es motivo de orgullo para esa institución ser invitada por los productores, investigadores, industriales y empresarios que, en un ejemplo de participación, consiguieron la denominación de origen para un producto emblemático de la entidad.

“El logro es mayúsculo si se toma en cuenta que el chile habanero es un cultivo de suma importancia para Yucatán desde el punto de vista socioeconómico y cultural. Genera empleos e ingresos a productores primarios, procesadores e industriales. Y con su denominación de origen, atrajo al mercado mundial”.

 “Cuando el Sistema Producto Chile nos platicó el sueño de conseguir esa certificación, no dudamos en sumar voluntades para convertirlo en realidad. En materia de innovación tecnológica, la Fundación Produce Yucatán ha canalizado unos siete millones de pesos, provenientes de recursos federales y del gobierno del Estado, en más de 30 proyectos de investigación, validación y transferencia de tecnología en ese rubro.

“De hecho, es la instancia que mayores recursos ha aportado en la innovación tecnológica de este cultivo. Un 25 por ciento del dinero se invirtió en el mejoramiento genético del habanero, con miras a obtener variedades con mayor rendimiento; tolerantes a plagas y enfermedades, y con mayor pungencia.

Aclaró que ese logro no es de la Fundación Produce sino del interés y la participación de los centros de investigación, cuyo trabajo se traduce en variedades de habanero con mejor firmeza, aroma, niveles de capsaicina y mayor vida en anaquel, en paquetes tecnológicos para producir el fruto aún en períodos de altas temperaturas y de mayor presencia de plagas y enfermedades, para reducir costos de producción y elevar índices de rendimiento y rentabilidad, con modelos amigables con el medio ambiente.

“Desde la trinchera de la innovación tecnológica, reconocemos a don Armando Palma Peniche como un hombre de empresa y con visión de largo plazo. Su contribución en todos los eslabones de la cadena productiva del chile habanero y la promoción internacional del picante rinde frutos en un mejor nivel de vida de las familias de los yucatecos dedicados al cultivo de este picante”, finalizó.

En la delegación yucateca, que encabezó Palma Peniche, estuvieron, entre otros: Juan Carlos Ledón Vadillo (representante del Sistema Producto Chile), Fernando Patiño Valera (presidente de la Asociación de Chile Habanero de Yucatán), Alfredo Ríos Urcelay (presidente del Consejo Estatal de Productores de Chile), los investigadores Enrique Sauri Duch (Instituto Tecnológico de Mérida) Wilson Avilés Baeza (Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias), América Delgado Herrera (Uady), Nohemí Reyes Vázquez ( Ciatej), Eduardo Balam Canché (CICY) y los industriales Patiño Valero (Fuego Maya), Silvia Peniche Herrera (Yumbalam), Luis Cárdenas Gamboa (Salsas iik) y los responsables de llevar la capacitación a los productores, encabezados por el Dr. Juan Carlos González.