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No hay planes de desalojar a los ambulantes de Chichén Itzá

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No hay planes de desalojar a los ambulantes de Chichén Itzá

El gobierno del Estado “no tiene la intención de desalojar” a los vendedores de la zona arqueológica de Chichén Itzá, y así será mientras no se tenga una buena alternativa para ellos, afirma Mauricio Díaz Montalvo, director del Patronato Cultur.

El gobernador Mauricio Vila Dosal lo tiene muy claro, dice, “si no hay nada que ofrecer, mantendremos las cosas como están” y así lo haremos por ahora.

Díaz Montalvo añade que el llamado “plan maestro” presuntamente diseñado para resolver el caso de los vendedores e impulsar la zona arqueológica, realizado en la administración anterior, “en realidad no es un plan maestro”.

Se trata de un proyecto para construir un tianguis que, en nuestra opinión, tiene muchos inconvenientes y es difícil de realizar, explica el funcionario.

Como se sabe, desde hace años la zona arqueológica de Chichén Itzá está ocupada por más de 3,000 personas dedicadas a la venta de artesanías, entre propietarios de puestos y ayudantes, que invaden áreas públicas como el acceso principal a la pirámide de Kukulcán y los caminos al Cenote Sagrado y al Observatorio, entre otros sitios.

Según algunas opiniones, esto afea el entorno y desalienta al turismo, y aunque se ha intentado reubicar a los vendedores, no es posible ante la férrea negativa de éstos de abandonar el lugar.

El crecimiento de los puestos de artesanías y de otros comercios ambulantes propició que New7Wonders, la organización privada radicada en Suiza que otorgó el sello de “maravilla del mundo” a Chichén Itzá, haya amenazado con retirar este nombramiento si no se atiende el caso de los vendedores.

Más voces

Empresarios locales y de Quintana Roo también han pedido al gobierno del Estado hacer un “saneamiento” de estas personas, aunque hasta ahora todos los intentos han sido infructuosos.

“Nosotros mantendremos las cosas como están hasta que tengamos una opción para los vendedores”, señala Díaz Montalvo. “La estamos buscando, pero ahorita, en este momento, no la tenemos”.

El director de Cultur agrega que esa opción implicaría darle a los vendedores un lugar mucho mejor y más apto, donde el 100% de los turistas entre y salga por allí. Por el momento evaluamos todas las opciones, pero “buscamos una alternativa de ganar-ganar para todos”.

“De ese modo no tendremos que negociar con los vendedores, porque nosotros les daremos un espacio con más afluencia de clientes y ellos se cambiarán de lugar, mejorando el aspecto de la zona arqueológica”.

Asimismo, reconoce que para algunos prestadores de servicios turísticos esos comerciantes son un problema, pero él cree que “no hay que verlo como un problema, sino como una oportunidad. Precisamente por verlo así ese asunto no se ha podido resolver”.

Realmente los vendedores de la zona arqueológica no tienen malas intenciones ni buscan confrontar a la autoridad, afirma Díaz Montalvo. Solo quieren trabajar y son muy ordenados: entran a las ocho de la mañana y salen a las cuatro de la tarde, no invaden otras áreas y obedecen todos los reglamentos al respecto.

“Con la concienciación que hemos hecho ya casi no hay acoso de los vendedores a los turistas, ya no se les acercan achocándoles cosas. Esto se ve solo en el área del estacionamiento, donde, empero, estamos batallando para evitarlo”.

¿Pero no dan mal aspecto?, se le preguntó.

Mucho peor está Teotihuacán, donde los vendedores suben hasta las escaleras de las pirámides, responde el director de Cultur.

El problema real ahorita, dice, es la salud pública de la zona. No hay suficientes baños para esas 3,000 personas ni depósitos para la basura que generan cuando consumen sus alimentos, lo que atrae a decenas de perros.

Su antecesor, Dafne López Martínez, antes de dejar el cargo indicó que le dejaba a este gobierno un “plan maestro” para la zona arqueológica, que incluía una estrategia para reubicar a los vendedores con quienes, señaló, incluso ya se había llegado a un acuerdo. ¿Qué pasó con ese plan?, pregunta el Diario.

No se trata de un “plan maestro”, sino de un proyecto para construir un tianguis o mercado lineal en el estacionamiento del parador turístico y en un terrenito a la salida del parador, rumbo a la pirámide de Kukulcán, afirma el funcionario.

Se pretendía levantar una especie de caracol con los puestos de los artesanos, para obligar a los turistas a salir por allí. Ese proyecto no estaba consensuado con todos los vendedores y cuando lo revisamos más a fondo, no nos convenció, precisa.

Para hacer ese mercado, que constaría $85 millones, añade, habría que pasar el estacionamiento del parador a la pista de aterrizaje, propiedad de la familia Barbachano, al norte de la zona arqueológica, dejar el auto allí y trasladarse a las ruinas en un pequeño autobús.

“Este plan implicaría desaparecer el estacionamiento, que es una de las pocas fuentes de ingresos propias de Cultur, y pagar la renta de la pista y de los camioncitos de traslado”.

Otro inconveniente es la inseguridad de la pista, ubicada en la carretera federal, en una curva, sin topes ni pasos peatonales y con muchos accidentes, apunta.— HERNÁN CASARES CÁMARA

Chichén Itzá

El director de Cultur comenta que el anterior gobierno no les dejó un “plan maestro”.

Los baños, lejos

El proyecto arquitectónico del mercado también es deficiente, indica Mauricio Díaz Montalvo. Entre el punto de inicio y la salida hay 1.2 kilómetros de distancia y los baños están casi al final. «¡Imagínense qué se hace con un turista de la tercera edad que tiene que recorrer esa distancia para salir de las ruinas!»

Cambios al proyecto

“Al final, no íbamos a hacer nada y tendríamos que abrir otra salida para los visitantes, sin beneficiar a los artesanos”, afirma el entrevistado. “Por eso pensamos en cambiar el concepto de ese tianguis, y en eso estamos”.

Fuente: DDY

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