Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

No es momento para la inversión, advierte el Ceesp

Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

No es momento para la inversión, advierte el Ceesp

Para el sector empresarial este no es un buen momento para invertir en México, y urgen condiciones de certidumbre que ofrezca el nuevo gobierno para alcanzar las tasas de crecimiento económico de un 4%, señaló el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).

De acuerdo con el reporte del Inegi, el Indicador de Confianza Empresarial (ICE) manufacturero se colocó en 51.5 puntos durante marzo, y aunque solo reportó un avance mensual de 0.1%, no obstante todavía no consideran que sea el momento adecuado para invertir.

“El indicador de confianza empresarial muestra que los directivos empresariales no consideran que sea buen momento para invertir. En los sectores de construcción y comercio, el indicador que recoge esta percepción se ha mantenido 94 meses consecutivos por debajo del umbral de los 50 puntos, mientras que en el sector manufacturero se acumulan 136 meses”, resaltó el Ceesp.

El organismo consideró sorpresivo el resultado de la actividad productiva durante el primer mes del año, creció a una tasa mensual de 0.2%, la producción industrial aumentó 0.7%, las ventas al menudeo lo hicieron en 1.9%, en tanto que el sector servicios y el indicador de consumo privado crecieron 0.3% cada uno. Además el repunte mensual de 8.0% en la inversión fija bruta, que representó su mayor avance en los últimos 23 años.

“Lo interesante es que este comportamiento puede haber respondido precisamente a la problemática situación al cierre del 2018 y el inicio del presente año. Pese al mejor desempeño es de esperarse que la tendencia descendente se mantenga, lo que fortalece la posibilidad de que siga habiendo correcciones a la baja en los pronósticos de crecimiento lo que es un factor negativo para la inversión”, proyectó el organismo privado.

Los analistas consideraron que el debilitamiento de la confianza empresarial por la cancelación del aeropuerto en Texcoco y luego por la preocupación ante un posible cambio de dirección en las políticas en materia de energía y educación aún no desaparecen.— El Economista

Facebook
Twitter
LinkedIn