Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

“Los museos serán los espacios más seguros adonde ir”

Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

“Los museos serán los espacios más seguros adonde ir”

Ferran Barenblit (Buenos Aires, 1968) pasa los días de confinamiento entre videoconferencias con su equipo del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), el centro que dirige desde 2015, con directores de otros museos de Barcelona y europeos, y haciendo de profesor de primaria de sus dos hijos. Pero su tarea principal es la de preparar el Macba para el momento en el que pueda reabrir tras conseguir Barcelona pasar a la anhelada fase 1. “Parar el golpe desde casa es difícil. En una vida normal trabajar desde casa, seguro que es más tranquilo”, explica al teléfono.

Barenblit asegura que durante el confinamiento ha hecho una reelectura de la presentación de la colección de su museo que inauguró en 2018 y ha comprobado como adquiere un nuevo sentido. “De repente, es otra exposición, porque se puede reflexionar sobre la pandemia a través de la historia del arte”, y enumera obras como la de Juan Muñoz La naturaleza de la ilusión visual, en la que los personajes están aislados, sin contacto y en un mundo irreal, la “maravillosa” Rinzen de Tàpies, una cama de hospital que recibe al visitante y, “sobre todo, el mural Todos juntos podemos para el sida, de Keith Haring, la obra más vista de nuestra colección, que nos interpela sobre otra pandemia reciente, la del sida, con la que el artista dialogó y que se lo llevó, que se ha socializado, pero que sigue matando a 700.000 personas al año; una obra que manda un mensaje muy importante del pasado”.

Como el resto de directores de los grandes museos de la ciudad, la fecha prevista para abrir es la de la segunda mitad de junio. “Es importante hacerlo cuanto antes, porque los museos son espacios particularmente adecuados para resguardarse ante momentos de incertidumbre en el que todos nos planteamos cómo va a ser el futuro y porque son los espacios más seguros para proteger al visitante”, explica.El Macba ha calculado que perderá hasta finales de año 1,5 millones de euros de los 11,4 previstos para esta temporada

El Macba, según su director, ofrece “espacios amplios, aforos generosos en donde prima lo visual, aunque tendremos que adaptar aspectos relacionados con la interactividad y evitar que la gente se cruce, pero reabrir no es especialmente difícil”, prosigue. “Los mayores retos son otros, como los montajes de las exposiciones, donde hay mucha gente trabajando a la vez, compartiendo herramientas y mucho contacto; habrá que hacerlo de forma más controlada con protocolos más precisos”, mientras reivindica que un museo son más cosas: “Programas públicos, la biblioteca, la investigación, entre ellos y se están generando soluciones para cada una de estas cuestiones”.

Otro de los retos es “la búsqueda de nuevos formatos más pequeños, que permitan generar pequeños grupos de gente que, sin ser elitistas, permitan a la gente encontrarse”, convencido de que convocatorias masivas, como la de la Noche de los Museos, que llevaba al centro a 18.000 en unas horas van a ser difíciles de celebrar. La ampliación no es la que ahora necesita el museo, sino la necesaria para dentro de 25 años.

Reconoce que, a partir de ahora, su museo será diferente, “porque el mundo lo será y todos hemos cambiado”, pero mantiene que la “experiencia de la visita no cambiará, porque el arte sigue siendo arte y el trabajo del artista sigue estando ahí, ofreciendo muchas respuestas. Los museos iremos buscando soluciones con el tiempo a la misma velocidad que iremos dejando atrás la pandemia; pero dentro de un tiempo la covid-19 será una parte de la historia y el museo continuará haciendo lo que tenía que hacer”. Sin embargo, explica “a los museos, muchas veces se ha ido a reconocer y no a conocer, y eso ha de cambiar».

En cuanto al conflicto del Macba con el barrio por su ampliación en la Misericòrdia considera que es una etapa cerrada y reivindica su necesidad pese a la nueva realidad: “Está pensada a muy largo plazo, no es la que ahora necesita el museo, sino la necesaria para dentro de 25 años; porque un museo de arte contemporáneo no puede quedarse en la configuración inicial, básicamente porque el ámbito cronológico se va multiplicando”. E insiste en que se trata de “una obra precisa y mínima que lo que hace es dar sentido a los edificios que ya gestionamos”. Es el momento de hacer políticas culturales decididas y valientes; no solo hablo de dinero, sino del apoyo político a la cultura.

En cuanto al descenso de visitantes, sobre todo turistas, que se vivirá tras la reapertura, niega que el Macba se haya concentrado en un público turista aportando cifras: “El público local ha crecido un 80% en los últimos años hasta ser la mitad de los visitantes [357.029 en 2019]; algo que tiene que ver con las formas de interpelar a la sociedad y las cuestiones que ponemos sobre la mesa. El Macba siempre ha estado en el ojo del huracán, porque la cultura y el arte contemporáneo trabajan desde lo político”.

La crisis ha afectado al Macba económicamente y ya han calculado que perderán hasta finales de año 1,5 millones de euros de los 11,4 previstos para esta temporada. “El Macba se autofinancia en un 30% con todo lo que ocurre en el museo, sobre todo la taquilla”. El 70% restante son aportaciones de las administraciones del patronato: Ayuntamiento, Generalitat, Ministerio y la Fundación Macba que “cubren los gastos estructurales y de personal”. “Es el momento de hacer políticas culturales decididas y valientes; no solo hablo de dinero, sino del apoyo político a la cultura. Hemos tenido que exprimir los presupuestos, como no podía ser de otra forma, para asegurarnos que tengan una mayor proyección en nuestro contexto más inmediato y cercano. El dinero se tendrá que administrar con la mayor precisión posible; pediremos más compromiso a las Administraciones”.

Barenblit está convencido de que la situación de crisis sanitaria actual “proviene de la forma que tenemos de relacionarnos con el planeta; una crisis de la civilización que desde la programación del Macba ya habíamos analizado y que, como la colección, ahora adquiere nuevas lecturas». Por eso considera que los museos pueden ser “agentes críticos” que den conocer esa problemática. «El trabajo del artista es más importante que nunca, porque mira la realidad de otra manera”.

Durante el confinamiento, el Macba, como muchos otros museos, se ha volcado en la red para continuar abierto. “En enero inauguramos nueva web más responsiva e intuitiva, acorde con el tipo de experiencia que se busca. Ha funcionado muy bien todos estos días porque cuenta con una información descomunal”. Sin embargo, no cree en que lo virtual de un museo “sea la traslación de una experiencia analógica a una digital, sino que hay que pensar en caminos y experiencias renovadas, de acuerdo con las expectativas de nuestros usuarios”.

Exposiciones futuras

Lejos está la posibilidad de programar una exposición sobre la pandemia. “A nadie se le ocurrió hacer una sobre el sida a los tres meses de aparecer, porque hay que esperar que la cultura y los artistas respondan”. Por ahora, la primera exposición que podrá verse será Acción, una historia provisional de los noventa. “Quedó a medio montar, se retomará cuando se incorporen los equipos y está prevista inaugurarla a comienzos de julio”; una muestra en la que ha habido de cambiar algunas de los planes, sobre todo el referido a la participación y las acciones, “pero la esencia es la misma”. Barenblit asegura que no cancelara ninguna de las exposiciones previstas para la temporada. “En otoño se inaugurarán las de Tony Cokes y Fina Miralles y saltan a 2021 la presentación de la colección Tous y la dedicada a Félix González-Torres”. Se mantiene para el 28 de noviembre próximo la anunciada fiesta de celebración de los 25 años de apertura del museo.

Fuente: José Ángel Montañés / El País.

Facebook
Twitter
LinkedIn