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El día que la ciencia hizo calle

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El día que la ciencia hizo calle

El sol en vertical raja el asfalto. Hierven piedras sin nube que las cobije. Es el Día de la Tierra. Es también la fecha elegida para salir, justo en este infierno de trópico, a manifestarse y levantar la voz para hacer visible el trabajo de científicos, investigadores, académicos y estudiantes; acercar a toda gente esa magia que sí funciona y se llama ciencia. Nada importa que en Mérida se cueza la piel entre radiaciones. Ahí están, firmes en el Monumento a la Patria. Son apenas un centenar de personas que lanzan a los puntos cardinales las consignas. Luego se sumarán más y más.

“Estamos aquí reunidos no para protestar, sino para visibilizar la ciencia que generamos en este estado hacia la sociedad en general, sumar a un mayor número de estudiantes e investigadores y que participen activamente no sólo en esta marcha, sino que esto sirva para establecer nuevos modelos de participación de los científicos dentro de la sociedad”, apunta Daniela Tarhuni Navarro, una de las organizadoras de la Marcha por la Ciencia.

Esta iniciativa surgió en Estados Unidos, a manera de respuesta a las posturas anticientíficas del presidente Donald Trump y el recorte a agencias prioritarias dedicadas a la ciencia. En México, sobra decirlo, ese ha sido tema recurrente de negociaciones partidistas y políticas para la asignación de recursos. En nuestro país, las partidas presupuestales para investigación científica son menores al uno por ciento del Producto Interno Bruto. El llamado urgente, entonces, fue atendido por habitantes de mundo entero. Más de 650 ciudades se pusieron de pie y marcharon: Mérida, la de Yucatán, dijo presente.

marcha-ciencia-monumento“Todo mundo habla de desigualdad económica, lo cual es muy importante, pero hay otra desigualdad que puede ser incluso peor que la primera, y es la desigualdad en la distribución del conocimiento científico: nos hemos hecho una sociedad altamente dependiente de la ciencia y la tecnología, pero donde solo unos pocos la entienden y la dominan. Esto es una garantía para el desastre; una mezcla explosiva que amenaza con sorprendernos de formas muy desfavorables”, advierte Raúl Manzanilla, estudiante del posgrado en Ciencias Biológicas del CICY .

Aunque de forma soterrada, mas no oculta, una de las principales cuestiones que se puso en la mesa, fue la pertinencia de que los científicos e investigadores tengan un papel más activo en la política. “No se trata sólo de científicos y políticos; se trata del papel real que desempeña la ciencia en cada una de nuestras vidas, y de la necesidad de respetar y fomentar la investigación que nos proporciona una visión del mundo… Las personas que valoran la ciencia han permanecido en silencio durante demasiado tiempo frente a políticas que ignoran la evidencia científica, y ponen en peligro tanto la vida humana como el futuro de nuestro mundo”, sostienen los organizadores estadounidenses en el mensaje que divulgaron.

A pleno sol de las cuatro de la tarde, las personas reunidas en el Monumento a la Patria iniciaron la caminata sobre Paseo de Montejo, con destino al Remate. Brillaban por su ausencia las batas blancas. En cambio, los jóvenes hacían multitud. Niñas y niños igual daban certeros pasos. Familias enteras se manifestaban. Conforme avanzaba la masa atraía adeptos, rezagados que desafiaron la violencia solar. La columna se nutría de almas comprometidas con esta causa, sin credos partidistas visibles.

Marcha Ciencia panoramica

Ya frente a la estatua de los Montejo, punto culminante de la Marcha por la Ciencia, Daniela Tarhuni, armada con megáfono, dio lectura de nueva cuenta al mensaje de Yucatán con motivo del evento: “El sistema científico nacional enfrenta un momento de crisis y es nuestra obligación señalarlo: La disminución de la inversión pública y privada en ciencia y tecnología, la falta de apropiación de los beneficios que la ciencia genera, por parte de la sociedad y más aún por parte de los tomadores de decisiones, ponen en riesgo estas actividades”, acota.

En nuestro estado, según la Secretaría de Investigación, Innovación y Educación, hay cerca de 650 personas que pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores (SNI); hay más de cuatro mil 300 alumnos de posgrado, que estudian en alguno de los 14 doctorados, 26 maestrías o siete especialidades que se ofertan en la entidad. Sin embargo, durante el evento señalaron que se previó que “el recorte al presupuesto de ciencia y tecnología del año pasado, traería consigo una serie de consecuencias que, literalmente, frenarían el desarrollo científico del país”.

“Resulta contradictorio ver estos recortes cuando en la práctica se destinan enormes cantidades de millones de pesos provenientes de recursos públicos para partidos políticos, campañas electorales y para mantener a la alta burocracia del país… No podemos dejar el oficio de legislar en manos de personas que tienen un pobre entendimiento del universo que les rodea. No puede legislar sobre ciencia alguien que no la entiende, porque indudablemente terminará llegando a la conclusión de que no la necesita”, subraya Raúl Manzanilla.

Quizá uno de los problemas más complicados que enfrentan los científicos, sea el de la divulgación. Traducir su saber a un lenguaje simple, que permita allegarse una mayor audiencia es el mayor reto. Socializar las investigaciones y sus aplicaciones prácticas es la barrera a vencer. Y así lo han planteado también a través de esta marcha.
“Ha habido una gran división entre la comunidad científica y el público. Animamos a los científicos a llegar a sus comunidades, compartiendo su investigación y su impacto en la vida cotidiana de la gente. Los alentamos, a su vez, a escuchar a las comunidades y a considerar sus investigaciones y planes futuros desde la perspectiva de las personas a las que sirven. Debemos sacar la ciencia de los laboratorios y revistas y compartirla con el mundo”, remarcan los convocantes en el mensaje de alcance internacional.

Habrá que ver si echa raíces esta manifestación, si hay una segunda parte, una ruta de acción, un llamado concreto, un aliento de largo alcance. Habrá que esperar. Por lo pronto, Google Trends destacó que en las últimas horas del 22 de abril de 2017, tanto en la ciudad Madrid como en todo México hubo un “aumento desmesurado” para informarse acerca de la Marcha por la Ciencia, y del total de búsquedas, los mexicanos realizaron más de la mitad a nivel global.

Alejandro Pulido Cayón

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